La eterna crisis de La Guajira

La eterna crisis de La Guajira

En junio de 2014 se dio un plazo de 90 días al Estado colombiano para llevarle agua potable y garantizarle la educación y la equidad a la comunidad Wayúu residente en el municipio de Manaure, en La Alta Guajira. Fallo determinado por el  Tribunal Contencioso Administrativo de La Guajira, en respuesta a una tutela interpuesta por Javier Uriana, representante legal de un grupo de autoridades tradicionales del Municipio de Manaure y de los resguardos indígenas de la Media y Alta Guajira

Como la anterior noticia, aparece un nueva sentencia el 31 de julio del año en curso, de la Corte Suprema de Justicia, en donde ordena a la Presidencia de la República que debe diseñar y ejecutar un Plan eficaz para la solución definitiva a los problemas de salud y las necesidades básicas insatisfechas de la población Wayúu, principalmente de los menores.

¿Cuántas sentencias más deben fallarse para que el gobierno por fin solucione el problema en La Guajira? ¿Cuántos niños deben morir para que se de una intervención eficaz para evitar la desnutrición?

Los problemas de esta zona del país, están diagnosticados y reconfirmados, por diferentes entes estatales y privados. El documento: “Crisis Humanitaria en La Guajira”, es un informe realizado por la Defensoría del Pueblo en el 2014, donde describe ampliamente la problemática como es la desnutrición, el analfabetismo, la carencia de agua potable, la falta de una red de salud y la acción de grupos armados ilegales.

No es por falta de conocimiento del problema que no se implementan acciones. No. Lo que está confirmado es que el gobierno tiene otras prioridades y la “corrupción” a todo nivel en el país, hacen que no sean eficaces las intervenciones, no solo en La Guajira, sino en todas las zonas del país, donde la pobreza y el analfabetismo traen todo tipo de consecuencias en la salud de la población. El problema es la falta de voluntad.

101 niños menores de cinco años han muerto en Colombia por causas asociadas a la desnutrición en lo que va del 2016, según cifras del Instituto Nacional de Salud. El 54,5% de los casos ocurrieron en menores de 1 año. El común denominador en estas muertes es que las madres de estos niños registran bajo o ningún nivel educativo y pertenecen estrato socioeconómico muy bajo. De todos los casos, se presentaron 26 en La Guajira. Y los que faltan por suceder, ya que el ICBF detectó 898 niños con desnutrición en esta zona.

El presidente Juan Manuel Santos, en este momento, no tiene ningún interés en designar recursos para resolver estos problemas. Para el plebiscito se tienen presupuestados  más de 350 mil millones de pesos para planeación y ejecución del mismo; con una chequera que se está acabando y  donde los recursos que quedan no van a alcanzar para su propósito, el tema de la salud de los niños pasa a un segundo plano.

Si ya sabemos que el plebiscito va a resultar a favor del SÍ, que además es un procedimiento tramposo e insuficiente, ¿no sería mejor replantear dicha votación?

Es francamente indignante el desperdicio de recursos de este gobierno en contratos como los de Natalia Lizarazo “La Tocarruncho”, el proceso de paz, los multimillonarios contratos en propaganda para la paz (de los que solo hemos visto una paloma pegada en la solapa de los vestidos de Santos y un logo mal hecho) y lo que viene para ganar a toda costa el plebiscito.

Un país que permite que sus niños mueran, que sean abusados, que sean reclutados por grupos ilegales y que desvía recursos para evitar darle los alimentos que requieren en las escuelas, es un país inviable, en el que nunca habrá una verdadera paz.

@IrreverentesCol