Guerra sucia y rastrera

Guerra sucia y rastrera

Dos de los más obsecuentes miembros del gobierno del proceso 8000, el polémico contratista Ramiro Bejarano Guzmán y el exministro Guillermo Perry, están empleados a fondo en hacerle la guerra sucia al candidato del uribismo, Iván Duque.

El primero de ellos, cuyo paso por el DAS es de ingrata recordación, ha tendido mantos de duda frente a la integridad moral de Duque, promoviendo cuestionamientos en su contra por el hecho de que él hubiera adquirido un modesto apartaestudio en la ciudad de Washington en el año 2014, semanas antes de regresar a Colombia para asumir la campaña al senado como integrante de la lista del Centro Democrático.

Es verdad que Duque y su señora esposa adquirieron ese inmueble cuyo precio fue de poco más de $200 mil dólares –menos de $600 millones de pesos, el cual fue comprado con un crédito y la cuota inicial pagada con el dinero que Duque tenía ahorrado en su fondo de retiro. Duque fue durante muchos años funcionario colombiano del BID y como cualquier otro trabajador, ahorró y es libre de invertir su dinero en lo que le plazca.

Además, los cuestionamientos no tienen ningún asidero por cuanto tanto el doctor Duque como su esposa incluyeron dicha propiedad en sus declaraciones de renta en Colombia.

A las insinuaciones mañosas del sabueso Bejarano, se han sumado los ataques sucios de Guillermo Perry quien ha dicho que Uribe fue quien envió a Óscar Iván Zuluaga a Brasil, para reunirse con el publicista corrupto, Duda Mendonça. Uribe no tuvo nada que ver con ese episodio. De hecho, se opuso a la contratación de publicistas extranjeros y, además, es bueno recordar que Mendonça impuso la tesis de que la campaña de Zuluaga de 2014 “debía ‘desuribizarse’”, orden que fue cumplida a pie juntillas por el inexperto hijo del entonces candidato, quien fungía como gerente y director de esa campaña política.

Que los enemigos del uribismo se vayan olvidando de encontrarle a Duque hechos indelicados. Será un trabajo infructífero, pues él es un personaje que ha obrado con transparencia y honestidad a lo largo de toda su vida.

Así que si quieren derrotarlo, les tocará enfrentarlo en la arena electoral. Pierden su tiempo escarbando en su modesto patrimonio, el cual es fruto de su trabajo y del de su esposa María Juliana Ruiz.

La pregunta que muchos se hacen es: ¿quiénes hoy tratan de cuestionar moralmente a Duque, podrían justificar el 100% de sus patrimonios, con la tranquilidad y transparencia con que puede hacerlo el candidato presidencial del Centro Democrático?

@IrreverentesCol

Publicado: abril 2 de 2018