Pareciera que están jugando a la política. Borrachos de poder, muchos ministros del nuevo gobierno han dejado en evidencia su inexperiencia, su falta de talante y de sentido de Estado.
Algo va del activismo en redes sociales o de las protestas callejeras al ejercicio del gobierno.
Lo de la ministra de Minas es extremadamente preocupante. Su salida en falso en el congreso nacional de minería, donde los participantes al comienzo creyeron que la funcionaria estaba bromeando, es la evidencia de plena de la desconexión que los integrantes de extrema izquierda del gabinete tienen con la realidad. ¿En serio la ministra Vélez cree que ella es tan poderosa e influyente como para darse el lujo de “exigirles” a otros países que “decrezcan” su economía? Los gobiernos de China, Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Japón, Francia, Corea del Sur, Italia, por ejemplo, ¿harán algo distinto que burlarse del llamado de la filósofa que está al frente de una de las carteras más importantes de Colombia?
El fundamentalismo es y continuará siendo el rector del gobierno Petro. En materia ambiental, minera, laboral, agraria, la impronta socialcomunista es imborrable. Se empezó por la reforma tributaria, pero el año entrante seguirán las reformas laboral y agraria, con las que Colombia terminará de formalizar su ingreso al club del socialismo del Siglo XXI.
Si algo debe abonársele a la errática e inexperta ministra Irene Vélez es su sinceridad. Es maravilloso que los empresarios de Colombia -no solo los del sector mineroenergético- conozcan de primera mano cuál es el propósito del régimen de Petro: decrecimiento de la economía y empobrecimiento. Ese objetivo es consecuente con lo que históricamente ha dicho el presidente de la República respecto de la pertinencia de que el ciudadano pobre permanezca en esa situación porque al salir de ella, en palabras del mandatario de Colombia, “se vuelve de derecha”.
El gobierno llegó de la mano de una bancada parlamentaria robusta en términos cuantitativos mas no cualitativos. Tanto en Senado como en Cámara, con poquísimas excepciones, las curules del llamado ‘Pacto Histórico’ son ocupadas por verdaderos mamarrachos cuya presencia en el capitolio nacional se constituye en una bofetada a la democracia.
Lo del brutal Alex Flórez es mucho más grave de lo que hasta ahora ha podido registrarse. Enhorabuena la procuraduría general de la nación abrió la respectiva investigación disciplinaria contra el congresista que es, de lejos, una de las fichas más cercanas a Petro y al cuestionado alcalde de Medellín Daniel Quintero Calle, ‘Pinturita’.
Pero además de la investigación por la agresión al agente de policía, es importante que la justicia disciplinaria y penal indague a fondo respecto de la meretriz con la el parlamentario intentaba ingresar al hotel donde tuvo lugar el bochornoso episodio. El primer interrogante que debe absolverse tiene que ver con la edad de la mujer que servía de acompañante de Flórez. ¿El motivo por el que él se opuso a registrarla en el hotel es porque se trataba de una menor de edad?
No deja de ser contradictorio que un senador de una coalición que se presenta como defensora de los derechos del sexo femenino, y contraria a la explotación a lo que en la izquierda llaman “cosificación” de la mujer sea partícipe de actividades de prostitución, oficio que en muchos países consideran denigrante de la condición humana. En los países escandinavos, por ejemplo, se penaliza a quien pague por servicios sexuales, mientras que quien los ofrece -libre o forzosamente- recibe el tratamiento de víctima, pues se entiende que la prostitución es una forma de violación.
Flórez se equivoca al creer que un video con el que pretendió despertar lástima borra su falta y las consecuencias de la misma.
Al caso de ese senador se suma el de la pintoresca representante a la Cámara alias ‘Susana Boreal’, cuyo nombre real es Susana Gómez Castaño quien se ha convertido en rey de burlas en el Congreso por sus extravagancias y, cómo no, por su ignorancia supina, entendida esta última como el desconocimiento de asuntos elementales de la vida y, en el caso concreto, del desarrollo de la actividad parlamentaria.
A falta de formación, de discurso político, de propuestas, la ‘Boreal’ ha resuelto cantar a capella en los eventos públicos y seminarios a los que asiste. El otrora “templo de la democracia” parece una feria inmunda donde alternan payasas y depravados.
Si la consecuencia no fuera la destrucción de un Estado, el espectáculo sería divertido. Pero es mucho lo que está en juego y no es preciso ser un vidente para advertir que Colombia, en un abrir y cerrar de ojos, estará hundida en el más oscuro de los fosos.
Publicado: septiembre 5 de 2022
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