El jefe terrorista y extraditable de las Farc, alias Carlos Antonio Lozada, es un claro de violar a menores que fueron reclutados forzosamente.
Con ocasión de las objeciones presentadas por el presidente Duque a la ley reglamentaria de la JEP, la corporación “Rosa Blanca” -organización integrada por niñas que fueron reclutadas contra su voluntad- escribió en su cuenta de Twitter que: “Uno de los más afectados por las objeciones a la @JEP_Colombia es @Carlozada_FARC que con cinismo habla en medios. Ojalá reconozca que tiene denuncias de guerrilleros hombres que fueron violados por él cuando eran niños. Cada que llegaba a las filas los muchachos decían “llegó tornillo”.
Lorena Murcia, la valiente directora de “Rosa Blanca” y que fue víctima de reclutamiento forzado cuando tenía 10 años, confirmó que un niño que fue violado por Carlos Antonio Lozada, entregó a la Fiscalía General de la Nación, detalles de los abusos que ese sanguinario cometía en contra de los menores, quienes padecieron toda suerte de vejaciones y abusos sexuales.
En una democracia, la justicia debe estar al servicio de las víctimas y no de los victimarios. Por eso, ha producido verdadera indignación el fallo de tutela emitido por el juez sexto penal de Bogotá, Hyman Alberto Hermosilla Reyes, en el que asegura que la periodista Vanessa Vallejo, del portal Panam Post, actuó de manera “irresponsable” al publicar un artículo en el que se recogía la información relacionada con las violaciones sexuales contra menores de edad en las filas de las Farc, las cuales fueron cometidas por los cabecillas de esa estructura terrorista, entre ellos el violador Carlos Antonio Lozada.
El juez, en el cuestionable fallo, dijo que “considera el Despacho que el actuar de Vanessa Vallejo del portal de Noticias Panam Post, es irresponsable, no solo porque afecta los derechos fundamentales del actor [el violador Carlos Antonio Lozada], sino, que desdice de la Institucionalidad del Estado colombiano, de la legitimidad de sus poderes públicos y acrecienta el resentimiento de los connacionales que buscan pasar la página de la barbarie en la época del conflicto armado entre el Estado Colombiano (sic) y las Farc-EP, conflicto que tantos perjuicios y violencia generó, mismo que se intenta dejar atrás, pero que al parecer por ideologías políticas, por ignorancia de las leyes colombianas y por el desconocimiento de los principios constitucionales y los enunciados tratados internacionales ratificados por Colombia, como lo es la presunción de inocencia y el derecho al debido proceso que le asisten a las personas por el hecho de ser personas realizaron los accionados”.
Aunque fue elaborado en un despacho judicial, ese fallo bien habría podido ser redactado en las “montañas de Colombia”.
Indigna que un juez de tutela, funja como abogado de oficio de uno de los peores terroristas de nuestra historia reciente. Como cabecilla de las Farc, específicamente de la denominada Red Urbana Antonio Nariño -RUAN-, el violador Lozada llenó de sangre a Cundinamarca y Bogotá.
A falta de justicia, buena es la sanción social. El acuerdo Santos-Timochenko garantizó que los genocidas y violadores de niños -como es el caso de Carlos Antonio Lozada- quedaran impunes.
Y decisiones como la adoptada por el juez Hermosilla Reyes, conminando a la periodista Vallejo a retractarse de la publicación en su portal, además de ser un alevoso atentado contra la libertad de prensa que supuestamente existe en Colombia es, ante todo, una bofetada a los niños que fueron víctimas de Lozada, personas que desesperadamente buscan que sus casos sean visibilizados y conocidos por la opinión pública.
El terrorista y violador Carlos Antonio Lozada, es un criminal al que el juez de tutela le pretende garantizar su derecho “a la honra y al buen nombre”.
La decisión recogida en esa tutela, sienta un precedente nefando. La paz no se construye ni con impunidad, ni cercenando el derecho que le asiste a la opinión pública de recordar frecuentemente los abusos de los victimarios. A ningún operador judicial de Alemania, se le ocurriría proteger “el buen nombre” de un cabecilla Nazi. Por respeto con la sociedad, con la historia, con la humanidad, todos los genocidas -incluidos lo integrantes de las Farc- deben padecer el rechazo y asumir en silencio el repudio que despiertan sus actos violentos contra el pueblo.
Publicado: noviembre 12 de 2019
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