Hugo Quintero Bernate, el abogado en la sombra que contrató “Ñoño” Elías. ¿Por qué no quiso litigar poniendo la cara?
Abogados en la sombra
En Colombia abundan los abogados que cobran multimillonarios honorarios, pero litigan en cuerpo ajeno. Temen poner la cara y prefieren quemar a terceros en los procesos a los que se ven enfrentados.
Descubiertos los alcances de la Bacrim judicial, quedó en evidencia el papel innoble de algunos abogados que servían como calanchines para la ejecución de las prácticas corruptas.
El problema, ni mucho menos, se limita a Gustavo Moreno, hoy tras las rejas y en camino a ser extraditado hacia los Estados Unidos.
Este fenómeno también se registra en algunos litigantes que llevan procesos en la sombra.
Hugo Quintero Bernate
El abogado Hugo Quintero Bernate, reconocido por desconocer la competencia de la comisión de acusaciones para investigar a los magistrados de altas cortes, fue el defensor de tres consejeros de Estado denunciados por filtrar ilegalmente información reservada en la demanda que ese tribunal estudió contra la reelección del hoy exprocurador, Alejandro Ordóñez Maldonado.
Pero Quintero Bernate no se limita a defender magistrados filtradores. Una fuente de la más alta credibilidad, le reveló a LOS IRREVERENTES cuál fue el papel de ese abogado durante los días posteriores a la captura del senador y elector santista, Bernardo Ñoño Elías.
Ante la corte suprema de justicia, figuraba la doctora Margarita Rugeles como la apoderada del congresista capturado, pero en realidad la persona que movía los hilos de esa defensa, y que negoció y cobró los honorarios, fue el doctor Quintero Bernate.
Surgen muchas dudas al respecto. ¿Por qué no quiso poner la cara ante la Corte Suprema y delegó esa tarea en una abogada sin mayor renombre y reconocimiento? Aunque se trata de asuntos reservados que están protegidos por la ley, resultaría interesante conocer cuánto dinero le cobró Quintero Bernate al Ñoño, pero sobre todo, determinar de qué manera fueron pagados dichos honorarios, pues para nadie es un secreto el origen corrupto de buena parte de la fortuna personal del senador cordobés.
Hacia un pacto por la transparencia
La sociedad necesita volver a confiar en la administración de justicia. Es evidente que los fiscales, jueces y magistrados corruptos deben ser castigados. Pero también es perentorio revisar el comportamiento poco diáfano de esos abogados que operan tras bambalinas. No es normal que alguien que no tiene nada que temer u ocultar, decida ejercer su profesión valiéndose de terceros que fungen como simples y vulgares firmones.
Publicado: noviembre 9 de 2017
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