El país nacional le ganó al país político

El país nacional le ganó al país político

Análisis de: Camilo Rubiano

Hace más de 60 años Jorge Eliecer Gaitán explicó que uno de los problemas que tenía el país era que existía un divorcio entre el país político y el país nacional, debido a que el país politico con su afán de poder olvidaba interpretar el sentir de los ciudadanos del común separándolos de las decisiones trascendentales de la nación.

El pasado 2 de octubre, el país nacional le hizo sentir su molestia al gobierno y a las Farc sobre la forma como por más de 4 años fueron excluidos de unas negociaciones que terminaron en unos acuerdos que solo beneficiaba a unas elites por encima del interés general de una nación. La decisión soberana y democrática fue la de rechazar los acuerdos y pedir que se modificaran.

La victoria del NO le garantizó a Colombia estabilidad institucional, ya que no se introducen las 297 páginas de los acuerdos a la Constitución Política. Segundo, los colombianos con el voto del NO evitaron que se le dieran unas facultades extraordinarias al señor presidente, para que a través de decretos, pudiera realizar modificaciones a la ley y a la constitución sin ningún control y por último el voto negativo permitió que el Congreso de la Republica mantuviera sus funciones constitucionales y legales.

El triunfo del NO también le garantizó al país que no se pusiera en riesgo la solvencia económica, debido a que el gobierno nunca fue sincero con los colombianos sobre cómo se iban a financiar estos acuerdos en medio de la crisis fiscal por la que pasa el país. De esta forma se evitó que por la implementación, al gobierno le tocara incumplir con la regla fiscal endeudandose más como lo sugerían ex ministros muy cercanos al presidente Santos, lo que se traduce en más impuestos para los colombianos en un futuro inmediato.

De esta forma, el triunfo del NO le brinda al país una gran oportunidad. Una oportunidad para que alrededor de un gran consenso nacional, se pueda llevar a cabo la construcción de un acuerdo que represente a todos los sectores, invocando lo que ese gran líder conservador Álvaro Gómez Hurtado denominó como un acuerdo sobre lo fundamental.

Para lograr ese acuerdo que incluye todos los sectores es necesario que el gobierno nacional entienda que la construcción de la verdadera paz se debe hacer a través de un acuerdo incluyente, donde puedan participar todos los colombianos sin importar sus posturas políticas, sus diferencias culturales y raciales y donde se permita que los jóvenes tengan una participación más activa y decisiva, ya que ellos serán los encargados de experimentar las consecuencias que traiga el acuerdo.

Así mismo, las Farc si tienen voluntad de paz, deben reconocer el pronunciamiento mayoritario de los mas de 6 millones de colombianos, que le dijeron NO a su arrogancia y prepotencia que no les permitió reconocer y pedirle perdón a sus víctimas, también deben aceptar que la reincorporación a la vida civil no la pueden imponer bajo sus intereses como estaba señalado en los acuerdos ya que esta decisión la toman soberanamente los colombianos que viven en la legalidad.

Ante esto, la coyuntura por la que atraviesa el país debe convertirse en una oportunidad donde el gobierno y las Farc no cometan los errores del pasado y tengan en cuenta las posiciones de todos los colombianos que votaron NO. De esta forma se lograria construir un gran acuerdo que refleje el interés del País Nacional y no el interés del País Político. Si se llega a ese gran acuerdo mencionado anteriormente, el presidente honraria el reciente reconocimiento mundial en la busqueda de la paz. De no hacerlo así, el presidente Santos se quedaría con el nobel y Colombia se quedaría sin la paz.

@camilorubianobe