El odio es tal, que…

El odio es tal, que…

La mamerteria odia tanto a Álvaro Uribe Vélez, que prefieren congraciarse con Nicolás Maduro (a pesar de los enormes desatinos de ese gobierno), que darle la razón al senador y a todo lo que provenga de él, incluido el gobierno del presidente Duque cuya única relación con el expresidente es pertenecer al mismo partido.

Digo mamerteria porque el marxismo dejo de existir hace tiempo y solo es un mal recuerdo de una etapa oscura de la civilización, que desapareció con la caída del muro de Berlín y la desmembración de las Repúblicas Soviéticas. Entonces la mamerteria no es otra cosa que llevar la contraria a un sistema que no lo satisface y que no acepta porque no le da la gana y en cambio, sin explicación alguna, el único argumento político a su insatisfacción es el uso de la violencia.  

Cuando el  odio puede más que la cordura estamos a la puertas de la violencia.

El síndrome de Caín, viene haciendo de las suyas desde los inicios de la civilización, cuando Caín lleno de envidia por la prosperidad de Abel decide darle muerte. Datos históricos demuestran que Caín ataco a su hermano con una mandíbula de burro que sostenía en su mano izquierda.

La violencia se ha perpetuado tanto que Caín lo trasmitió a su hijo Lamec y este a su vez a los suyos, y habían caído en ese horrendo sentimiento que hubo que borrarlos del mapa con el diluvió universal.

Vemos la furia de ese sentimiento en las manifestaciones convocadas por la mamerteria (llámese Caín). Los manifestante llegan al orgasmo social cuando destruyen lo construido con tanto esfuerzo por el Estado (llámese Abel).

Es inaudito insistir en la aplicación de un sistema que se ha demostrado hasta la saciedad que no funciona, y que se desmontó por los pésimos resultados en la vida social y económica de los pueblos que lo intentaron. Lo podemos palpar en carne propia en nuestro vecindario. Cuba no ha hecho más que retroceder en sus indicadores sociales desde que Fidel nacionalizó la producción. Venezuela a partir de ese sistema  convirtió  uno de los países más ricos del mundo en un desastre social y económico. Para caer en el autoritarismo que solo trae la represión de las libertades, la destrucción del aparato productivo y la corrupción. Incluso la corrupción solo es potestad de una elite: ver los casos de las familias Castro Ruz y Chávez Frías con enorme cuentas millonarias escondidas en paraísos fiscales.

Ejercicios hipotéticos hechos por humanistas, se han planteado que hubiera pasado si Caín se acerca a Abel para dilucidar por qué lo envidiaba, y que podían hacer para remediarlo. Pues eso fue lo que hizo Gorbachov cuando desmonto el marxismo; se sentó con el sistema capitalista a darle solución a ese inconformismo que hoy cada día se supera con la ampliación de la cobertura en los servicios sociales del Estado, y que mejoran en casi todos los países del mundo. Aunque, se  reconoce, al sistema hay que hacerle todavía grandes ajustes.

@rodrigueztorice

Publicado: abril 9 de 2020

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