Leszli Kálli: El nuevo traje de Juan Manuel Santos

Leszli Kálli: El nuevo traje de Juan Manuel Santos

Llego el día en que un cuento del pasado para niños, se convirtió en realidad en Colombia, los truhanes confeccionistas del traje invisible que luce nuestro Presidente, se encargaron de convencer a la Comunidad Internacional, a Naciones Unidas, OEA, y varios ciudadanos, que quien no viera tan elaborado traje, es porque no tiene la capacidad mental, es tonto, indigno y estúpido.

Juan Manuel Santos, no culpe al pueblo de ver lo que usted no desea que vean pero sabe que existe. ¿Dónde están las armas de las Farc?

Al principio usted habló de 14.000 armas, cuando todos sabemos que era una cifra muy superior, y ahora, sus confeccionistas le dicen que solo son 7.000 y debemos creer porque de no hacerlo, según usted, estamos escarbando en odios.

Tenemos el derecho de preguntar, desconfiar y analizar que uno más uno, son dos, no 7000.

Vístase presidente que va desnudo con un traje del 12% porque la gente sí ve realidades.

Usted esta muy mal, el hecho de que sea usted un hombre que por oportunismo quiera pretender pasarse por imbécil, no nos obliga a los ciudadanos bajo el Estado que usted gobierna, a seguir su ejemplo.

En el cuento exclaman al Emperador: “el traje es bellísimo” funcionarios y colaboradores. Al igual como en medio del compás perfecto delineado por sus cortesanos enmermelados, exclamaron durante la semana pasada el día de la supuesta entrega de la “totalidad de las armas”, frases como: “Es el día más hermoso de mi vida, ver el desarme de las Farc”; cuadrillas de hombres y mujeres, que no querían sentirse en desventaja y figurar ante el presidente, nos tacharon a los “estúpidos” de malvados, rencorosos y otros calificativos llenos de un profundo odio.

El cuento nos deja varias enseñanzas, pero dos máximas que se las comparto aquí porque veo que a usted no le leyeron el cuento:

  1. No tiene por qué ser verdad lo que todo el mundo piensa que es verdad.
  2. No hay preguntas estúpidas.

Mucho me temo que este cuento con usted presidente Santos, termine igual al otro que hoy traigo a colación. Todo el pueblo gritaba al Emperador que iba desnudo, pero su orgullo y arrogancia, a pesar de darse cuenta que tenían la razón, no le permitió salir a taparse, por el contrario, levantó su cabeza, piso más fuerte y siguió su marcha.

Mientras tanto los estafadores del mayor engaño al país, hoy arman un Caballo de Troya con los dividendos de los imaginarios materiales del traje que le metieron a usted presidente y que a bien supo exhibir en Estocolmo en medio de la ceremonia donde se le otorgó ese carísimo Nobel de Paz.

Hans Christian Andersen qué se iba a imaginar que su cuento se hiciera realidad en un país llamado Colombia, donde la realidad supera la imaginación, en donde el director de la Fiscalía Anticorrupción, seria capturado por corrupción.

A menudo me quejo de vivir en Colombia, pero es tan irreal el escenario que ofrece la institucionalidad, que se me pasa el tedio y me lleno de asombro, rabia, indignación, y sí, hasta risa. Ingredientes que conforman un sancocho que le quita el aburrimiento a cualquiera.

Colombia bonita, te mereces que te traten bien.  Algún día, algún día…

@LeszliKalli

Publicado: julio 5 de 2017