El Manejo de Cambio como fusión esencial y exponencial del desarrollo socioeconómico

El Manejo de Cambio como fusión esencial y exponencial del desarrollo socioeconómico

¿Cuál es la importancia del manejo de cambio? El cambio constante a velocidad incremental, es un hecho incontrovertible que sobrepasa todo tipo de consideraciones filosóficas, políticas o espirituales. Se convierte en el factor esencial que determina la supervivencia en la era que nos correspondió vivir y trabajar.

El manejo de cambio representa la velocidad a la cual un líder y una organización se anticipe a los cambios que imprimen la modernización tecnológica y los adelantos del conocimiento.

Durante los últimos 50 años nuestra civilización ha cambiado más que en los últimos 3000 años; incluso más que en tres millones quinientos mil años. En países como el nuestro, hay grupos que se resisten ser gestores de cambios fundamentales en función de progreso tecnológico, y otros que proclaman como cambio la destrucción del sistema de libertades y economía de mercados.

Hoy la velocidad del cambió es vertiginosa: el cambio en la comunicación ha sido vertiginosos: pasamos de señales de humo a las palomas, los mensajeros físicos sobre caballos y en diligencias, carros, barcos, trenes y aviones, al Marconi, el telegrama, la telefonía análoga, el fax…  todo esto, utilizando solamente un alfabeto convencional, formado por palabras con caracteres y matemática lineal. Ahora tenemos la revolución de las telecomunicaciones basada en un alfabeto digital de dos caracteres (I,O) que permitió la vertiginosa evolución de la capacidad de proceso de datos convertidos en información.

Los cambios en las comunicaciones humanas y en el entendimiento se surtieron de forma conjunta en Hardware y Software con la creación de tres factores: el Internet, las Base de Datos Relacionales, y el Procesador de Datos con su capacidad y velocidad para manejar mensajes y secuenciar datos. Esto habilitó la convergencia tecnológica sobre la informática que nos llevo de la ordenación de mensajes, a la creación de información, a la certeza del conocimiento probado estadísticamente de todo aquello que representa la vida y que compone nuestro planeta.

A lo anterior hay que agregar que gracias a la secuenciación automatizada de datos e información pasamos a la era del alfabeto genético compuesto por cuatro caracteres que funciona por pares nitrogenados que son las piezas básicas en toda forma de vida.

Gracias a la decodificación del ADN natural en cuatro letras: A (Adeina), T (Tiamina), G (Guanina) y C (Citosina), fue posible la secuenciación de los genomas de todas las especies vivientes y la subsecuente codificación genética realizada por el ser humano con la ayuda de la informática. Y recientemente se sumó el cambio de manifiesto en la capacidad de codificar las estructuras de la naturaleza.

Recientemente el hombre agregó en el laboratorio dos caracteres más al alfabeto genético: X (d5SICS) y Y (dNaM), con lo cual inició la producción de organismos que incrementan la capacidad de generación y fabricación industrial de nuevos nano-materiales, fármacos, antibióticos, vacunas y elementos que mejoran los procesos químicos y físicos del ADN natural. En tan solo 30 o 40 años, el hombre ha podido explicarse el origen y evolución de la vida y de todo lo que conforma su planeta, y ha desarrollado tecnología y herramientas que le han dado el conocimiento para poder influir y cambiar todo aquello que compone la naturaleza de nuestro planeta.

Entendamos pues que somos una civilización que cambia constantemente a una velocidad inimaginablemente vertiginosa. Por tanto, cambiar o no hacerlo, ya no es una opción; el cambio es inevitable. Si no manejamos el cambio de manera sensata, ágil y dinámica, este nos afectará dramáticamente de forma negativa. A la vez, si abrimos nuestra mente y nos convertimos en actores de cambio, utilizando la tecnología y el conocimiento en tiempo real, encontraremos cada segundo una forma más eficiente de progresar como personas, naciones y civilización.

El cambio tecnológico es un hecho tan fuerte e impactante en nuestra civilización y nuestro proceso lo describe Juan Enríquez C.: “el cambio tecnológico es una ola incontenible que, si no somos capaces navega, puede destruirnos como naciones; si sabemos abordarla en el momento indicado y de la forma correcta, nos puede llevar a mutar de forma positiva; como individuos, como organizaciones, como sociedad, nación o civilización”.

Estos cambios han sido posibles con el paso de la máquina de escribir a la aparición de la computación electrónica y a su pronta evolución al ordenador personal, ocurrida un poco antes del milenio, con la cual se inició la revolución informática que pronto pasó del trabajo conjunto sobre LANs (local área networks) a la creación y expansión de la red global, (internet o World Wide Web). Esto, combinado con la utilización de matemática matricial, nos dio la capacidad infinita de relacionar en una misma base de datos, todo tipo de mensajes que pueden viajar sobre esta telaraña transportadora globalizada sobre nuevos leguajes de programación que codifican información, la transforman y la traducen en conocimiento.

El conocimiento ahora es un valor universal al que se puede acceder por igual: todo individuo, empresa, organización o nación que tenga “Conectividad” puede acceder a ello.

Pero no podemos dejar de observar que, en medio de esta revolución digital, el buen ejercicio de la política como forma organizacional de toma de decisiones en las naciones, los estados y los núcleos sociales, parece ir en reversa o estar perdido en divagaciones sin sentido.

Los sistemas políticos, y sus actores o dirigentes, se resisten a un cambio que ya ocurrió. Desconocen, en función de inmediatismos, egoísmos y envidias, que ya hacen parte de un pasado insensato y obsoleto, que fueron reemplazados por las fuerzas que afectan de manera muy significativa el transcurrir de cada segundo de la vida de los seres vivientes. Desconocen que su resistencia al cambio destruye los conceptos organizacionales por los que se rigen las naciones y pactos sociales relacionados con diversas formas de gobierno.

Durante una intensa semana hemos visitado cinco ciudades del Asia y hemos recorrido en trenes rápidos el territorio chino, observando el proceso de cambio de esta sociedad y los individuos que la componen y que hoy son sus principales agentes de cambio. Este ejercicio pasa de una capital y varios centros urbanos en pleno proceso de transformación, a unas zonas rurales donde a partir de miles de años de pobreza y abandono, hoy aparecen diariamente nuevos centros urbanos modernizados y nueva ciudad tecnológica completamente moderna integrada a la vida digital a la cual el líder nacional le dio vía a libre para atraer inversión a largo plazo, construcción y desarrollar oportunidades de educación y trabajo mediante la transformación tecnológica.

Es impactante la observación física en tiempo real del proceso de cambio que sufre hoy la integración de Hong Kong a la China, y el efecto en todos los demás países que están todo el continente asiático. Un cambio que se ha desatado a partir de la comprensión de las personas preparadas, de las empresas y los gobiernos de estas naciones, sobre cómo opera la espiral exponencial de cambió tecnológico en el cual entró el conocimiento, las comunicaciones y la forma de vida de los seres humanos y el mundo que habitamos en las últimas cuatro décadas.

Por todo lo anterior, si el objetivo del ser humano, de una nación, del Estado, las empresas u organizaciones es el desarrollo socio-económico como función generadora de equidad sostenible en el tiempo, el cambio es el factor que más buen manejo requiere. Para que cualquier ser humano o cualquier forma de organización se adapte a una nueva tecnología es necesario que, por cada dólar invertido en hardware, se inviertan tres en software. Por cada dólar invertido en software, se deben invertir tres más en manejo de cambio.

Después de un ejercicio comparativo, mientras en los laboratorios se clonan animales, se crean nuevas variedades de vegetales resistentes a plagas -con diversas estructuras genéticas de características especiales de cualquier tipo, color, sabor, contextura, resistencia, adaptabilidad, tamaño; mientras se empiezan a reproducir órganos- los políticos en los parlamentos occidentales solo piensan en acumular poder, en gestionar contratos como forma de enriquecimiento personal, en pagar sus costosas campañas políticas, en los fortines de empleo que controla cada colectividad dentro de unas burocracias estatales estáticas, insensatas e insensibles, a las que nadie más que la corrupción parece controlar.

En contraposición a lo anterior, de múltiples conversaciones con dirigentes y directivos, políticos y privados, durante un corto pero intenso viaje por el Asia, salen tres conclusiones fundamentales:

1. Si queremos progresar, si queremos el bien para nuestra nación, quien gobierne no puede dejar de lado como el principal elemento a considerar: el cambio constante y el manejo del mismo como forma elemental de generar valor a su gestión y por tanto al ciudadano.

2. Hay una serie de vectores de cambio que no se pueden ignorar y que tienen que ser parte de la agenda diaria de cada una de las personas con capacidad decisiva dentro del gobierno. Si queremos cambiar en función al desarrollo socioeconómico y proceso con equidad, en lugar de administrar un constante empobrecimiento.

3. El camino al desarrollo y al progreso, como nación y sociedad organizada, solo se logra evolucionando y adoptando una cultura de gestión del Digital del Estado. Pasando de la analítica deductiva tradicional fundamentada en una dialéctica demagógica, a toma de decisiones a partir del conocimiento que arrojé la conformación y administración de data centers que funcionen bajo la integración y proceso de datos en tiempo real.

Todo plan de desarrollo de una nación que quiera acomodarse a la era actual tiene como el único camino a un FUTURO con progreso en función de una mayor equidad social el manejo del cambio. Después de observar los cambios recientes en muchas de las sociedades asiáticas es clave entender que ello no se logra sin reconocer que el recurso humano es hoy en día el principal valor de una nación, de cada núcleo sociedad y de cada Estado, por lo cual debe ser siempre su principal inversión. Las naciones solo van a logra sobrevivir si cuentan con personas capaces de absorber nuevos conocimientos.

Como sociedad debemos seguir persistiendo, perseverando, en la importancia de la Legalidad como la intersección de la Justicia y la Seguridad; en el Emprendimiento, como la fuerza de la inversión constante en talento humano, ciencia y tecnología, producción y servicios. Concentrarnos en ser eficientes como conjunto- Estado/particulares- y hacer a un lado todos aquellos vectores tóxicos que distraen a un país y lo aleja de su objetivo esencial. Crear oportunidades de trabajo y progreso como función de inversión tecnológica, mejorar la calidad de vida de los ciudadanos por medio de la generación de valor sostenible, y el reconocimiento y distribución equitativa del valor en función del merito y el aporte individual de las personas y las empresas.

Por todo lo anterior, hay dos factores importantes para Colombia en materia ejecución de un plan de Gobierno efectivo son:

1. A mediano y largo plazo: entender cómo factores críticos de inversión (que nunca considerar como un gasto estatal) el manejo de un cambio cultural que nos saque del abuso de la libertad y nos haga consientes de nuestras obligaciones como ciudadanos. Un ejemplo claro debe ser el respeto por la vida y la intolerancia con la violencia doméstica o intrafamiliar, la nutrición de la madre embarazada y del infante de manera que tengamos cerebros capaces de sobrevivir en la era de las sociedades del conocimiento.

2. A corto plazo: adoptar un sistema de legalidad basado en el entendimiento y el manejo constante del cambio tecnológico con altos estándares éticos, la digitalización del Estado a partir de la centralización de datos, considerando al recurso humano como el activo más valioso, con foco en estrategia de progreso moderna, lejana a las bizantinas discusiones de derecha e izquierda, implementada con perseverancia y la mayor eficiencia posible.

Finalmente hemos identificado que los diversos “Vectores de Cambio”, se pueden resumir en 7 prácticas esenciales que espero sean de utilidad a quienes lean este documento:

Primer Vector. Reconocer la existencia del Cambio. Quien no reconoce el cambio como el principal factor de desarrollo social y económico esta condenando todo aquello que depende de sus decisiones al fracaso absoluto.

Segundo Vector. Entender la magnitud del cambio. De ello depende que abramos nuestra mente a cambiar.

Tercer Vector. Entender que el cambio es una constante que no se detiene ni se va a detener, que no es bueno ni malo, es. Es una realidad que sobrepasa toda consideración filosófica o ideológica.

Cuarto Vector. Entender la velocidad del cambio. La velocidad con que se analice el cambio, se anticipe es el único factor que interesa al cambio. Hoy es de la velocidad de cambio del factor que depende la sobrevivencia del individuo, de todas las organizaciones incluidos los Estados y por tanto de las naciones.

Quinto Vector. Entender que la adaptabilidad al cambio depende y está directamente relacionada con la inversión en Investigación y Desarrollo.

Sexto Vector. Entender la importancia de la anticipación y del “timing” en los procesos de cambio. La selección de tecnologías adecuadas a las necesidades y el descarte de aquellas que dejan de servir o son reemplazadas y caen en lo obsoleto.

Séptimo Vector. Entender como ser un agente de cambio que comunica eficientemente dentro de las organizaciones y a quienes dependen de nosotros la importancia, magnitud y el significado de cambiar como forma de vida y supervivencia en la civilización actual.

Luis Guillermo Echeverri

Publicado: noviembre 28 de 2018

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