El huevo o la gallina

El huevo o la gallina

Como siempre no se sabe que fue primero, si el huevo o la gallina. En todo caso la corrupción se ha tomado las instituciones, la empresa privada y la vida nacional. 

La primera célula de la corrupción se forma en los hogares colombianos y empieza a crecer en las aulas de los colegios y parece termina en adquirir su madurez en las universidades colombianas. 

Asombroso el dato de los profesionales que son más proclives a la corrupción; los abogados, los administradores de empresas, como también que los más corruptos de la vida nacional son egresados de las mejores universidades del país. Desconcierta y entristece este dato. Hay que revisar el pénsum académico y retornar a las cátedras de ética.

¿Pero cuando se desató esta epidemia y que la estimuló? El ser humano es antropológicamente propenso a la corrupción y le viene de su sentido primitivo de la supervivencia. 

Siempre anteponemos el interés personal por encima del interés común, y allí, en esta premisa se encuba el primer átomo de la célula de esta epidemia. Por eso hay que combatirlo desde el seno familiar con el propósito de enseñar que lo colectivo es sagrado y está siempre por encima del bien personal. Y así ir creando los primeros valores filosóficos de la moral. 

Este flagelo hay que combatirlo con mucha contundencia porque nos viene como herencia cultural de un proceso de conquista y colonización cuyo primer fundamento fue el saqueo y la corrupción. Hechos que fueron creando la debilidad de nuestras instituciones. 

Fue tanta la desfachatez en este proceso de colonización que hubo que crear el virreinato de la Nueva Granada para poder hacerle control a la corrupción. Y era tanta, que terminó por ser clausurado porque también se corrompió. 

Eduardo Galeano decía con mucho sarcasmo que cuando los españoles llegaron nosotros teníamos la tierra y ellos tenían la Biblia, y en un abrir y cerrar de ojos nosotros teníamos la Biblia y ellos tenían la tierra.

Es posible que en política la corrupción haya tomado su auge con lo que se llamó el Frente Nacional, que en la práctica no fue otra cosa que turnarse el saqueo, un tiempo tú otro tiempo yo, en un país desindustrializado cuyo mayor empleador es el Estado. 

Esta cultura de compartir el saqueo trajo como consecuencia la debilidad de nuestra justicia, porque quien vigilaba a quien, quien castiga a quien, si todos están inmersos en un mismo propósito. Así que la impunidad llegó a niveles insoportables y ha sido tanta y está tan instaurada que hay grupos sociales que son inmunes a la justicia.

Luego el narcotráfico con su poderío crea la cultura del dinero fácil y abundante que lo consigue todo, que hasta permea a varios presidentes.

En un Estado algo puede fallar; la economía, la seguridad ciudadana, pero si la justicia falla iremos inexorablemente camino a convertirnos en un Estado fallido.

@rodrigueztorice

Publicado: abril 30 de 2020

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