El Centro Democrático está metido en un embrollo monumental, luego de que se conociera la encuesta en la que la concejal Ángela Garzón resultó designada como la candidata de ese partido a la alcaldía de Bogotá.
Ella, hija de Angelino Garzón, se pasó del partido Liberal al Centro Democrático en las elecciones de 2015, para efectos de ser incluida en la lista al Concejo de la capital colombiana. Luego de 3 años en el cabildo distrital, propuso su nombre como precandidata a la alcaldía, para competir con su colega Diego Molano y el excongresista, Samuel Hoyos, éste último el mejor de todos los aspirantes, habida cuenta de su integridad moral, su capacidad política, su verticalidad y compromiso férreo con la defensa del ideario uribista.
Hoyos, con toda generosidad y desprendimiento, para prestarle un servicio a la colectividad del presidente Uribe, aceptó renunciar a su curul en la Cámara de Representantes, donde además fungía como exitosísimo presidente de la comisión primera.
Las reglas de juego establecidas por el Centro Democrática fueron claras y los tres aspirantes se comprometieron a cumplirlas. Al final, haciendo la ponderación, Ángela Garzón terminó ganando y aunque el resultado debe ser respetado, no excluye del panorama el monumental problema que se le ha generado al partido.
El procedimiento de las encuestas estableció que se le preguntaría a la ciudadanía en general y otra parte de la encuesta se concentraría solamente en los militantes del partido.
La encuesta de militantes, la llevó a cabo el centro nacional de consultoríay el resultado es elocuente: el 39,4% votó por Samuel Hoyos; el 31.4% por Diego Molano y en el último lugar, con el 29.2%, quedó la señora Garzón. Aquello significa que para los electores uribistas, Ángela Garzón es la candidata menos idónea.
Al hacer la encuesta abierta, ella tomó ventaja y en el consolidado quedó en el primer lugar, con el 41.9%, mientras que Hoyos obtuvo el 37.7%.
Una parlamentaria del Centro Democrático, en diálogo con LOS IRREVERENTESaseguró que “estamos en el deber de acatar el resultado, pero tenemos que ser realistas: Ángela Garzón es una candidata inviable. Acá no se trata de hacer política porque sí, sino de hacer política con realismo. Bogotá es una plaza muy importante y nosotros, que somos el partido de gobierno, no podemos darnos el lujo de llegar a la pelea por la capital colombiana con una aspirante que no tiene la más mínima identidad con nuestra ideología ni con nuestro discurso”.
Ángela Garzón, hay que decirlo, tiene un lugar ganado, pero la realidad política obliga a que desde ya mismo el uribismo empiece a buscar alternativas realistas para la alcaldía. Hace 4 años, en Antioquia, el CD había ungido a Liliana Rendón como candidata a la gobernación. Por responsabilidad política, al ver que ella era una candidata sin condiciones para asumir la campaña, la dirigencia urbista antioqueña tomó la decisión de relevarla e imponer a Andrés Guerra quien sí hizo una campaña con apego al discurso del Centro Democrático.
Algo parecido hay que hacer en Bogotá y desde ya. Esto no se puede dejar avanzar. El partido del presidente Uribe tiene ante si la responsabilidad de impedir que la izquierda encarnada en Claudia López y Antonio Navarro se queden con la alcaldía y Ángela Garzón, una mujer que es de extracción socialista, no es la indicada para ello, pues resulta contraevidente que una persona como ella sea la aspirante.
Hay un verdadera dificultad y corresponde salir de ella lo más rápidamente posible, pues con la señora Ángela Garzón, por cuenta de su desconexión con el discurso y doctrina uribista, el Centro Democrático tiene garantizada una estruendosa y humillante derrota.
Publicado: febrero 26 de 2019
«TIRO EN EL PÍE»
Como Uribista por convicción que soy, siento una gran decepción con el resultado de la encuesta que realizó nuestro partido para elegir candidato a la Alcaldía Mayor de Bogotá.
Con todo respeto no acompañaré el «entusiasmo» al que invita nuestro máximo Líder doctor Álvaro Uribe Vélez para que apoyemos a la candidata Ángela Garzón.
La Garzón es el repetitivo y clásico error ‘JM Santos’ que en su momento afortunadamente no acompañé por considerarlo un traidor. No entiendo que pasa o esté pasando en las directivas de nuestra colectividad cuando la base más abundante y fiel del partido Centro Democrático pregona el estado de incertidumbre.