Dormidos sobre sus laureles

Dormidos sobre sus laureles

La decadencia y caída del imperio romano es una de las cuestiones más debatidas por diferentes historiadores. Una de las razones para su rápida caída durante la fase crepuscular se debió al hedonismo que padecía su clase dirigente junto con el desplome de sus valores esenciales.

Según algunos historiadores: la ruina económica, junto con la depreciación monetaria, los desórdenes internos, el abandono de las tierras, del poderío agrícola, junto con la división al interior de las fuerzas militares romanas condujeron a su sociedad hacia un libertinaje donde nada importaba con tal de satisfacer sus placeres ególatras.

¿No les parece familiar al escenario colombiano?

Fue Edward Gibbon, quien comentó en su obra: Historia de la decadencia y caída del Imperio Romano, que desde el año 300 D.C. su clase dirigente cayó en una decadencia postmoral exigiendo la satisfacción de sus derechos sin responsabilizarse de sus deberes renunciando a su austeridad y sacrificio.

Se trató de una sociedad anestesiada, intolerante al riesgo, profundamente egoísta e individualista arropados bajo un manto social, lejos de aquel imperio que se impuso básicamente por su poderío militar.

Según Gibbon: la sociedad romana, cayó en la estupidización de la estética junto con la banalización de la moral, lo que hoy se conoce como el relativismo moral, donde sus emperadores hipnotizados por sus lujos exorbitantes, junto con sus coronas de laureles se montaban en sus carruajes pero una vez en ellos se olvidaban de aquella frase cuando eran investidos como tales: recuerde que somos mortales, somos mortales, somos mortales.

Se lo repetían y se lo repetían para que ese hedonismo que invade el poder no se carcomiera su corazón.

Según Gibbon, la principal causa de la decadencia del gran Imperio Romano se debió a la pérdida de su virtud republicana en donde la irracionalidad del poder los condujo a creerse inmortales, en vez de  mortales.

Se produjo, entonces, la ausencia de liderazgo y de vacío de poder en todo el Imperio sumado a las dificultades de comunicación por cuenta de las grandes distancias entre las ciudades, regiones y la capital Roma.

A su vez, Álvaro Gómez Hurtado comentó en su última conferencia, antes de su vil asesinato al frente de la Universidad Sergio Arboleda ante la decadencia moral  del gobierno de Ernesto Samper junto con su proceso 8.000: «debemos repetir que el responsable de la decadencia y de la corrupción del país es el régimen, sistema de compromisos y de complicidades que está dominando la totalidad de la vida civil.»

El régimen está integrado por diversos factores que operan en conjunto, en virtud de una red de compromisos de impunidad en torno al aprovechamiento de los gajes del Estado.

De tal forma que hoy tenemos a un presidente Duque prisionero del régimen creado durante ocho años de poder de Juan Manuel Santos, lo que ha producido el desgobierno existente donde la clase dirigente tanto publica, como privada, se encuentra dormida en sus laureles mientras que los vándalos, los bárbaros, ya ingresaron a las diferentes ciudades del país para acabar hasta con el nido de la perra, como ha quedado evidenciado durante los disturbios nada pacíficos de las ultimas marchas motivo paro nacional.

De no producirse una reacción inmediata de la clase dirigente creería que estaríamos ad portas de la caída y últimos días de nuestra democracia colombiana tal como la conocimos.

Nadie se pregunta el porqué, ni el para qué, por ejemplo, al gobierno de Duque le han hecho más de 200 manifestaciones en los últimos meses produciendo el desgobierno existente para caer en un vacío de poder.

¿No será que todo esto de los paros nacionales está fríamente calculado desde las brisas de Cabello?

La expresión dormidos sobre sus laureles, hace referencia, precisamente, al descuido o abandono de las actividades confiadas en los éxitos que se han logrado en el pasado.

De tal forma que existe la creencia actual que los políticos, la clase dirigente, se encuentra dormida en sus laureles porque una vez ganadas las elecciones caen en su hedonismo palaciego junto con las complicidades del régimen.

Porque quienes se encuentran en medio de las complicidades del oscuro régimen de Santos si saben para qué serviría una nueva Asamblea Nacional Constituyente.

Chávez, lo supo perfectamente.

Puntilla: pérdidas superiores a más de $265.000 millones en tan solo 6 días de paro, más de 300 heridos, 3 muertos, patrulleras heridas, golpeadas, desórdenes en todo el país, pero lo importante para la gran y decadente prensa colombiana es el pacifismo de las marchas. Estamos advertidos.

@RaGomezMar

Publicado: diciembre 3 de 2019