Del pensamiento conservador

Del pensamiento conservador

La situación del Partido Conservador colombiano, porque ya no es mi glorioso Partido Conservador, en pleno siglo XXI es una muestra fiel de cómo los partidos políticos, por lo menos desde que se implementó la maltrecha Constitución de 1991, pasaron a un segundo plano sin capacidad de responder a las necesidades de una población juvenil creciente que buscaba, busca, nuevas o diferentes formas de pensamiento.

La situación interna del PC, hoy, es tan difícil como ha sido en los últimos 10 o 15 años. Diría yo, 50 o 100 años.

En Colombia, existe una gran cantidad de conservatismo, como diría Álvaro Gómez Hurtado; en sus jóvenes, en su estructura familiar tanto urbana, como rural, en su creencia religiosa, en el manejo del Estado y su concepto de desarrollo económico.

Lo que no hay es Partido Conservador, ni líderes que defiendan con la firmeza doctrinaria sus valores e ideales como debería ser, como sí lo está haciendo Santiago Abascal en España con VOX.

El PC, perdió su doctrina, su norte.

En la práctica, desde que Álvaro Uribe Vélez llegó al poder a comienzos del nuevo milenio, el PC  se dedicó a ser un apéndice de los gobiernos de turno.

De tal forma que aprueba casi todo, por no decir que todo lo que propone Duque como lo fue la ley de presupuesto para el periodo 2022.

Según algunos autores, como diría Murdock de Les Luthiers, se encuentra totalmente desfinanciada lo cual conllevará a un desajuste fiscal de mayores proporciones con unos costos muy altos en inflación y deuda externa.

No defiende sus programas con ahínco.

Por ejemplo: Dentro del programa doctrinal del PC para 1849, se presentaron conceptos tales como: la defensa de la propiedad privada, la libertad individual, la seguridad del Estado, el Estado y el monopolio de las armas para su defensa y su seguridad.

Ya, en 1849, planteaba frente a la dictadura de los jueces que la justicia es para el ciudadano y no para los maleantes o bandoleros.

Hacia 1878, fue el PC quien promovió como instrucción estatal que la educación fuera pública y gratuita, de libertades (ver Herrera Soto, Antología del Pensamiento Conservador, 1982).

Hacia 1879, corroboró que el PC debe procurar la paz mediante la instauración del orden, de la justicia, para poder alcanzar la libertad.

En 1930, en medio de las turbulencias políticas que dieron origen al posterior período conocido como la violencia, fue el PC quien promovió la defensa de la patria, la familia, la propiedad, el orden, la libertad, la unidad religiosa.

Aparece don Mariano Ospina con su manifiesto de la Civilización contra la Barbarie.

Llegamos al 2022 donde el ejercicio de la justicia, porque un país sin justicia es un país sin esperanza, está en manos de los bandidos malhechores que cada cierto tiempo promueven un proceso de paz para que el Estado les condene sus penas con el fin de vivir libres e impunes de todos sus males, de sus asesinatos, de sus secuestros como el de Cecilia Cubas en Paraguay a quien las FARC enterraron viva.

Donde se ejerce justicia mediante el vencimiento de términos.

Donde la guerra contra el narcotráfico, nunca se va acabar.

Lo que si puede hacer el Estado es crear una política de prevención en contra de la liberación del consumo promovida hoy en día por los pensamientos liberales, progresistas.

En materia de candidatos presidenciales, más de cien donde se evidencia el vacío de poder y de doctrina, el PC no se quedó atrás. Tenía siete, para destacar el economista Jorge Ospina Sardi, un economista serio. Pudieron ser ocho pero a ese octavo nunca le respondieron su petición.

El proceso de selección del candidato comenzó y, de pronto, como salido del sombrero de un mago, en una reunión a hurtadillas, a puerta cerrada, sus congresistas escogieron al senador David Barguil sin tener en cuenta a sus bases, a sus estatutos, violando todas las normas.

Ya, en una anterior ocasión las bases conservadoras nos rebelamos en cabeza de Santiago José Castro Agudelo porque ese mismo grupillo quiso acomodarse al candidato del entonces gobierno corrupto y amoral de  Juan Manuel Santos.

¿Será que algún conservador de bien se atreve a instaurar una acción de tutela donde se defienda a las bases?

Mientras tanto, el Dr. Omar Yépez, con buenas intenciones, sostiene que viejos partidos políticos viran hacia el Centro con el afán de captar las nuevas tendencias.

Con el debido respeto, le pregunto al Dr. Omar: ¿Se refiere usted al Partido Conservador?

Puntilla: ¿De Otoniel a Granda, cuál es la diferencia?

Rafael Gómez Martínez

Publicado: octubre 26 de 2021

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