Santiago Medina, tesorero de Samper señaló a Roberto Prieto de haber administrado parte del dinero enviado por los Rodríguez Orejuela.
La noche del 26 de julio de 1995, el escándalo de la narcofinanciación de la campaña de Ernesto Samper subió a un nivel insospechado con la captura del tesorero Santiago Medina Serna. Se puede decir que ese día empezó en serio el que Colombia conocería como proceso 8000.
Al día siguiente de su detención, Medina fue citado a rendir indagatoria ante dos fiscales especializados que impulsaban el caso que tanta vergüenza produjo en nuestro país.
En dicha diligencia, el fiscal le preguntó a Medina cuánto dinero le habían entregado los hermanos Rodríguez Orejuela a Ernesto Samper y cómo se había distribuido.
Medina aseguró que “los dineros que aportaron para la primera vuelta según mi conocimiento fueron mil millones de pesos… Yo recibí como sesenta millones de pesos para pagos pequeños que se hicieron a través de Juan Manuel Avella y el resto se le entregó en dinero en efectivo a un señor Prieto, hijo de Luis Prieto Ocampo quien manejaba en la campaña todo lo que era relacionado con radio y televisión”.
“El señor Prieto” al que en 1995 señalaba Santiago Medina de haber canalizado 940 millones de pesos del cartel de Cali en la campaña de Ernesto Samper es nada más ni nada menos que Roberto prieto Uribe, el mismo que hoy es señalado por Otto Bula de haber recibido un millón de dólares para la campaña reeleccionista de 2014.
Las similitudes entre el proceso 8000 y el “Buldócer” que Odebrecht estacionó al frente de la campaña de Juan Manuel Santos son impresionantes. Cuando se conocieron los denominados narcocassetes, todos los involucrados se rasgaron las vestiduras afirmando que aquello era falso. También, en 1994, más de uno ofreció someterse al polígrafo, como en días pasados hizo el señor Andrés Giraldo, señalado por Otto Bula de ser la persona encargada de recibir la millonaria encomienda remitida por la multinacional brasilera.
Cuando el escándalo del 8000, a Prieto no lo investigaron a fondo, pues en aquel momento no era una persona importante dentro de los cuadros de la campaña. Pero claramente fue uno de los encargados de “lavar” los aportes en efectivo de los mafiosos caleños. Han pasado 20 años. Para la campaña de Santos, Prieto ya era el gerente y esta vez, no podrá pasar de agache.
¿Qué pasó con ese millón de dólares? ¿Se lo robaron entre Prieto y Giraldo o le metieron el dinero a la campaña? (Lea más sobre el destino de la plata en efectivo entregada por Odebrecht a la campaña santista de 2014).
Cada vez son mayores las dudas. Una mirada rápida a los dos casos lleva a una primera conclusión: el 8000 de Samper y el ingreso de platas de Odebrecht a Santos parecen operaciones criminales cortadas con la misma tijera. Los protagonistas de ambos escándalos son totalmente distintos, con una sola excpecion: Roberto Prieto.
Y aquello obliga a que se le dé una mirada crítica al asunto, mucho más profunda que la que puede hacer el politiquero consejo nacional electoral. Acá se requieren respuestas concretas que sólo pueden emanar de una investigación profunda, rigurosa, profesional e imparcial adelantada por la fiscalía general de la nación, en cabeza de un hombre decente como es Néstor Humberto Martínez.
Publicada: febrero 12 de 2017
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