Rafael Gómez Martínez: De timador a redentor

Una vez conocido el resultado del plebiscito por la paz, quisiera plantear un espacio de reflexión e introspección teniendo en cuenta que se produjo un resultado totalmente inesperado que obliga al presidente JMS a renunciar, por lo menos si estuviera en Inglaterra renunciaría.

El preámbulo se refiere al ofrecimiento espontáneo de perdón de parte del señor Timochenko. Analicemos, entonces, desde el punto de vista económico  lo acontecido.

En cualquier libro texto de principios de economía se encuentra el concepto de cómo interactúan las fuerzas del mercado de la oferta y la demanda. Gregory Mankiw, por ejemplo, sostiene que: un mercado es un grupo de compradores y vendedores de un bien o un servicio particular. En cuanto a la demanda, corresponde a la cantidad de un bien que los compradores están dispuestos y tienen capacidad para comprar. A su vez, la oferta consiste en la cantidad del bien que los vendedores están dispuestos  y tienen la capacidad de vender (Mankiw, 2009)

Teniendo en cuenta la anterior definición, podríamos decir que Timochenko se ubicó en el lado de la oferta. ¿Cuáles fueron las características de esa oferta? Como en cualquier negocio una oferta es una oferta, usted verá si la acepta o la rechaza. ¿Es una oferta sincera? ¿Espontánea? ¿Con la virtud de la enmienda? ¿Buscaría un indulto? ¿Una absolución? ¿Una gracia? ¿Una clemencia?

Porque una de las características del perdón consiste en que se pide y se pide de verdad con una total actitud sincera de regalar, donar, a la persona ofendida. El ofensor, sinceramente, pide perdón.

El perdón de Dios, desde el punto de vista católico, implica cuatro condiciones: un sincero arrepentimiento, un propósito de enmienda, cumplir con la penitencia y reparación a la víctima, a la persona ofendida.

El perdón es una virtud del ser humano. Puede servir al ofensor, en este caso Timochenko, para liberarse de la culpa y  al ofendido, las víctimas y todos los colombianos, de cualquier sentimiento de rencor hacia el ofensor.

Se suele valorar el hecho de saber perdonar aunque también el saber pedir perdón porque implica reconocer la responsabilidad por la falta cometida.

La responsabilidad, a su vez, ocasiona tomar una acción de reparación y enmienda de dicha falta a través del arrepentimiento. Es imposible absolver sin arrepentirse.

Vayamos, ahora,  al análisis sobre el comportamiento de la demanda, en esto caso las víctimas y todos los colombianos, quienes quedamos absortos con el ofrecimiento de perdón de parte de Timochenko. Yo, por lo menos, quedé absorto.

Las víctimas del conflicto armado y los colombianos pueden tomar dos decisiones desde el punto de vista económico. Comprar el ofrecimiento de perdón de Timochenko o rechazarlo, como en cualquier negocio.

Teniendo en cuenta lo anterior, quisiera plantear las siguientes reflexiones:

¿Existe la verdadera y genuina intención de enmienda a los colombianos, a las víctimas, de reparar, de entregar los bienes producto del narcotráfico, a los niños secuestrados, a las niñas violadas estando en la guerrilla, a las niñas que abortaron?

¿El ofrecimiento de perdón Timochenko se podría catalogar como un resarcimiento moral?

¿Si el amor, ni el dolor, se pueden medir cómo resarcir el dolor causado? ¿Cómo cuantificar el dolor?

¿Si en vez de ofrecer perdón Timo se para y dice con la cara en alto, aceptamos la responsabilidad de todos nuestros actos y pedimos perdón a los colombianos?

¿Qué dirá la Iglesia Católica colombiana?

Racionalmente, de mi parte, el ofrecimiento de perdón de parte de Timochenko es inaceptable. Además, teniendo en cuenta que gracias a la firma del acuerdo obtuvieron la absolución de todas sus culpas sin realizar las enmiendas para sanar las heridas causadas por sus actos.

Al parecer, una vez conocido el resultado sorpresivo del NO donde por lo menos la mitad de los colombianos consideramos que los acuerdos de paz con las Farc eran leoninos y lesivos para el futuro del país, los colombianos NO compraron la oferta del timador. ¿Cómo creer en la buena voluntad de un timador que quería pasar a redentor sin resarcir sus culpas?

Dios es el único que lo perdona todo. La absolución  será inefectiva si  se presenta reincidencia o si se carece del sincero sentir de resarcir al ofensor, a la víctima. Si se vuelve a decir mentiras, por ejemplo, de nada servirá el perdón. Es importante aclarar que el perdón sin justicia es inaceptable. Quienes reparen, sinceramente, al ofensor obtendrán su misericordia, de lo contrario irán al purgatorio.

Puntilla: Conocido el resultado final donde ganó el NO, al parecer los colombianos NO son bobos, NO compraron el ofrecimiento de perdón de un timador que quería pasar a redentor sin redimir sus culpas.

 

@RaGomezMar