Conejo a la cadena perpetua

Conejo a la cadena perpetua

El pasado martes 30 de marzo, Sara Sofía cumplió o cumpliría 2 añitos, ¡qué dolorosas líneas las que debo escribir para intentar plasmar la terrible situación de Sarita! 

Sarita no pudo celebrar su vida porque unos desalmados incorregibles: su madre y su padrastro, la desaparecieron después de haberle dado malos tratos, torturado y haberla sometido a la soledad y al abandono en su corta vida. 

Hay que ser irremediablemente desgraciado para abusar de una niña de esa manera.

Lo peor de todo es que las aberraciones cometidas en contra de nuestros niños por sus abusadores, asesinos y maltratadores, están quedando en la impunidad y aunque el Congreso aprobó desde junio pasado, la cadena perpetua para estos monstruos, lo cierto es que sus perpetradores no serán cobijados por esa pena porque, hasta ahora el Gobierno presentó su reglamentación ante el Congreso y además, la presentó mal. 

Basta con leer el proyecto de reglamentación de la cadena perpetua del gobierno de Iván Duque para llegar a la conclusión de que es una burla al querer ciudadano y a lo que ordenó el Congreso de la República.

La reglamentación de Duque le toma el pelo a la Cadena Perpetua porque deja hendijas para que los monstruos no paguen de por vida las atrocidades que cometen en contra de los niños. 

La reglamentación de la pena de prisión perpetua a través del proyecto de ley estatutaria 401 de 2021, convierte a ese mecanismo en ineficaz porque crea un procedimiento de revisión de la pena, a través del cual, el condenado a prisión perpetua, no pasaría toda su vida en prisión.

Mediante el Acto Legislativo 1 de 2020 se modificó la Constitución Política con el propósito de darle cabida a la pena perpetua ante la comisión de delitos de extrema gravedad en contra de los niños; esa decisión del Congreso de la República fue largamente esperada por quienes defendemos los derechos de los niños y nos daba cierta esperanza de que, como sociedad, por fin entendíamos que tenemos que cuidarlos de los monstruos que los atacan.

Sin embargo, a través del mencionado Proyecto de Ley que presentó el Presidente Duque, se ha desdibujado la cadena perpetua mediante el mecanismo de revisión de la pena , que tendrá lugar a los 25 años por parte del juez de ejecución de penas: ¡vaya salvavidas que le arroja el gobierno a los criminales!

Esto, en la práctica, elimina la prisión perpetua, echa por la borda los logros conseguidos en el citado Acto Legislativo, al igual que representa la pérdida de oportunidad de haber reglamentado tal mecanismo de manera estricta, como lo clama nuestra sociedad, como lo merecen nuestros niños. 

La única reglamentación posible es que, el condenado por delitos en contra de los menores, se quede en prisión hasta que muera, ¿es tan difícil comprender el concepto de Cadena Perpetua? No hay cómo resocializar a esos monstruos.

Por consiguiente, si algo queda claro es que no hay un verdadero compromiso con las víctimas de este tipo de delitos: LOS NIÑOS asesinados, violados, maltratados; pues, desde el discurso político se les prometió la aprobación de la pena de prisión perpetua como un mecanismo de protección y como una política de disuasión del delito, pero en la reglamentación del mecanismo que presenta el Presidente, de manera solapada, se le privó de su esencia, la cual radica en la imposibilidad de que los monstruos depredadores de niños reciban rebajas de penas y pasen en prisión toda su vida: repito, estos monstruos NO se resocializan.

Con el Proyecto de Ley Estatutaria 401 de 2021 queda demostrado que la aprobación de la pena perpetua únicamente fue un mero discurso político que, como se podrá apreciar en los años venideros, no tendrá ninguna incidencia en la prevención del delito ni en la protección de las víctimas, que quedan en la misma desprotección en la que estaban antes de la aprobación del Acto Legislativo 1 de 2020.

Según las cifras, la historia de Sara Sofía no es un caso aislado, las casas terminan siendo los lugares más peligrosos para los menores de edad y sus familias; quienes deberían cuidarlos, protegerlos y amarlos, terminan siendo los principales victimarios.
Según datos de la Policía Nacional durante 2020 se denunciaron 19.180 casos de agresiones y violencia sexual contra niños y adolescentes en el país, y solamente en enero de 2021, se presentaron 235 casos. 

En Bogotá, para el año 2019, se notificaron -al Subsistema de Vigilancia en Violencia Intrafamiliar, Violencia Sexual y Maltrato Infantil (SIVIM)- 21.223 casos de maltrato ejercido contra niños, niñas y adolescentes. Esto sin contar que las cifras pueden ser mayores, ya que las víctimas no se atreven a denunciar porque los maltratadores son miembros de su propia familia.

La cosa no para ahí, la impunidad que en Colombia cobija a los asesinos de niños, es la muestra de que somos una sociedad enferma, una Colombia Salvaje; un estudio realizado por la Procuraduría General de la Nación encontró que el 90 % de los delitos sexuales en contra de menores estaban en fase de indagación; solo el 1,2 % en ejecución de penas; 5,7 % en juicio y 2,5 % en investigación; es decir, que el 98,2 % de los delitos permanecen impunes.

Por los miles de casos como el de Sarita, que se cometen día a día en nuestro país, es que necesitamos, no solo la cadena perpetua para desterrar de la sociedad a los abusadores de niños sino que, la segunda fase de la lucha será la de perseguirlos y judicializarlos, la impunidad no puede seguir siendo la constante. 

Le pido al Congreso de la República que no le haga conejo a la Cadena Perpetua, que no le haga conejo a la decisión que ya tomó, que no le haga conejo a los niños y que reglamente la cadena perpetua así, literalmente: PERPETUA.

@JcolmenaresE

Publicado: abril 4 de 2021

Un comentario

Los comentarios están cerrados.