Como tal, no existe

Como tal, no existe

El Santismo como tal no existe, existe la maldad. Decir que este se unió al Petrismo tiene un gran efecto, pero en los círculos del hades. El Santismo sin la chequera del Estado no funciona, no vive, no tiene jurisdicción, aunque, teniendo a favor el poder del narcotráfico, los convierte en seres muy peligrosos.  No obstante, siempre el bien ha triunfado sobre el mal y habrá que estar muy atentos porque la unión de tantos reos viene haciendo la tarea, no solo en Colombia sino a nivel global, con la inversión de los valores y la revolución inversa. 

Ni Dante en la Divina Comedia pudo reunir tantas almas infectas: Roy Barreras, Benedetti, Petro, Santos, Córdoba, el Registrador Vega, y un largo etcétera, tan extenso como círculos tiene el infierno. No sé exactamente en qué nivel puso Alighieri a los marginados, pero los mencionados vienen de escenarios y ambientes difíciles donde han padecido el marginamiento (investiguen y verán), lo que hoy se conoce como matoneo o bulling. Es entendible y perdonable (siempre existirá el perdón), pero ya tardíamente sus almas han sido tomadas por la vileza y la bajeza de sus comportamientos. La historia de la tradición católica señala que Lucifer, un arcángel (marginado), creado por Dios, el segundo más importante después de su hermano mayor el Arcángel Miguel, comete la osadía de querer parecerse a Dios y es expulsado del cielo. Ese día se fundó el mal sobre la tierra.

Ese, que tiene a los colombianos llenos de temor, con la llegada de las huestes de Petro a la presidencia. La lucha del bien contra el mal ha sido de toda la vida, la vemos en las historias de los comics: Superman luchando contra Lex Luthor (un ser lleno de soberbia), Batman contra el Guasón (un marginado y enajenado del sistema), Jesús contra Satanás en el desierto, el Capitalismo contra el Comunismo, Caín contra Abel, la URSS contra EEUU, Rusia contra Ucrania. El mal hace tanto daño que Maduro ha llenado de carteles las paredes de la ciudad de Caracas con imágenes benefactoras de Putin (otro con una infancia infeliz y una juventud perturbada), un asesino de marca mayor porque sus caprichos políticos están por encima de cualquier consideración. Desvaríos muy parecidos a los de Lucifer.

Pero el defecto llega cuando Lucifer, un ángel caído, ejemplo de belleza y sabiduría, a quien la soberbia lo condujo a la oscuridad, y que significaba “el que lleva de Luz”, cree en su megalomanía que puede cambiar el sistema. Es verdad que la sociedad colombiana es muy inequitativa, que el centralismo y el monopolio del poder han devorado a las regiones, que no solo hay pobreza sino miseria, que la corrupción es pan de cada día, que hay muchísimas cosas por mejorar, pero los discípulos de Lucifer no pueden equivocarse queriendo cambiar la fórmula, porque será para peor. Esperamos que el bien le gane al mal.

@GabrielTorices

Publicado: abril 7 de 2022

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