Autor: Los Irreverentes

El gobierno de Petro, que no oculta su compromiso con el narcotráfico, pretende falsificar la versión de que el presidente Iván Duque ordenó una operación mercenaria en Venezuela para dar de baja al mafioso ‘Jesús Sántrich’.

La situación de orden público en Colombia es dramática como consecuencia de la decisión gubernamental de confinar a las Fuerzas Militares y Policía en sus cuarteles y estaciones.

El Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario tiene el deber moral de incluir con letras diamantinas el nombre de Álvaro Pablo Ortiz en el libro de los grandes ilustradores de la República que han pasado por sus salones.

Francia Márquez tienen la obligación de responder con ponderación y serenidad, no con frases donde abundan la vulgaridad y la ordinariez.

Petro y sus lugartenientes, a punta de mentiras, intentan desviar las acusaciones contra el oscuro Nicolás Petro. Ahora dicen que se trata de un niño que creció con carencia de amor.

Aida Merlano ha dedicado buena parte de su vida a complacer a otros. Para ella no significará mayor esfuerzo repetir el libreto que le sirva a los propósitos de Petro, a quien ella desvergonzadamente llama “mi presidente”.

Dice la estrambótica vicepresidenta de Colombia que ha llegado la hora de despenalizar el cultivo de coca. Alega la fórmula de Petro que la hoja de coca se ha estigmatizado[…]

Algunos escépticos aseguran que el epílogo de la narcofinanciación de la campaña de Petro será idéntico al del proceso 8.000. Impunidad por todas partes y el principal beneficiario de las[…]

Nicolás Petro nació, creció y aprendió a caminar en un hogar delincuencial. Eso explicaría, mas no justificaría, su proceder criminal.

Piedad Córdoba se moviliza en Colombia en una lujosa camioneta Cadillac que fue importada por el testaferro del chavismo Alex Saab.

Queda la tranquilidad de que algunos miembros de la judicatura y el fiscal Barbosa -cuyo periodo culmina en un año- están cumpliendo con su deber legal y patriótico de ponerle límites a las arbitrariedades de Petro.

No puede ser reprochable que Uribe insista en que la confrontación debe ser dura en los fondos y reclame que, al menos frente a él, se sea respetuosa en las formas.