Categoría: Noticias

Hay que vigilar al peligroso Álvaro Leyva. Ese sujeto es capaz de idear el mecanismo para que Petro dé un golpe de Estado.

No es claro que vaya a haber elecciones presidenciales en 2026. Para un tipo como Petro que creció en una banda terrorista que secuestraba, asesinaba, descuartizaba y violaba, atornillarse en el poder es un juego de niños.

No tiene porqué sorprender la presencia de Petro en Suecia, país que se convirtió en el lugar predilecto del terrorismo, el bandidaje y el crimen organizado. El presidente de Colombia tiene la particularidad de representar todo eso y mucho más.

Los colombianos que quieren conquistar el voto de derecha, deberían estudiar el caso del español Alvise Pérez, un desconocido que en las recientes elecciones del Parlamento Europeo aplastó a los comunistas liderados por Pablo Iglesias.

Los colombianos están discutiendo una improbable constituyente, mientras el gobierno saquea las arcas públicas y perfecciona unas medidas monstruosas que adoptará en el corto plazo para enfrentar la debacle económica que se avecina.

La vicepresidenta de Colombia festeja y sale de fiesta con la terrorista holandesa Tanja Nijmeijer, persona buscada por la justicia de los Estados Unidos y contra quien hay vigente una ‘Circular Roja’ de Interpol.

Es inadmisible que la corte suprema aún no haya llamado a indagatoria a los cuestionados Iván Name y Andrés Calle, señalados por recibir miles de millones en sobornos.

Juan Manuel Santos y Álvaro Leyva, una pelea de tramposos

Petro no va a salir del poder en 2026. Ya sea por la ampliación de su periodo, o por reelección, el va a permanecer en la Casa de Nariño.

Reaparece el siniestro Eduardo Montealegre para ambientar el golpe de estado en Colombia. Tienen todo listo para perpetuar a Petro en el poder.

El juicio contra el expresidente Uribe es una pantomima en la que él ya está condenado. ¿El expresidente va a seguir caminando hacia el abismo? ¿Permitirá que sigan ultrajándolo? Existen herramientas para buscar protección frente a una persecución.

El ministro alias ‘Chuspa’ en vez de escupir insultos contra quienes lo delatan y denuncian, debería buscar un buen abogado. A lo mejor esta vez tiene la misma suerte de antaño, cuando se salvó de una condena en el marco de la “parapolítica”.