¿Cambio?

¿Cambio?

“Mañana tal vez tengamos que sentarnos frente a nuestros hijos y decirles que fuimos derrotados. Pero no podremos mirarlos a los ojos y decirles que viven así porque no nos animamos a pelear.” Gandhi

Mirando las encuestas, para mí una incógnita, veo que entre los jóvenes está el mayor segmento que votará por Petro dizque para buscar un cambio. Nuestra democracia tiene falencias y necesita mejoras sustanciales, eso no se discute; pero llevarla a un cambio por una dictadura marxista si lo es, pero en reversa, porque no es posible tener riqueza sin trabajo, placer sin conciencia, conocimiento sin carácter, negocios sin ética, ciencia sin humanidad, religión sin sacrificio y política sin principios [1].

Aunque me tilden de llover sobre mojado, no cabe duda de que las propuestas de Petro se ajustan a los lineamientos del Foro de Sao Paulo; ya se aplicaron en Cuba, país próspero en el pasado, ahora casi en ruinas, sesenta años de dictadura donde las libertades y el bienestar brillan por su ausencia. 

El más cercano, Venezuela, va para veinte años la dictadura y el otrora país más rico de Latinoamérica hoy es el segundo más pobre después de Haití pese a sus enormes riquezas del subsuelo y posibilidades agropecuarias e industriales. La emigración de seis millones de venezolanos en busca de un mendrugo de pan que allí no tienen copia la huida de balseros cubanos, arriesgando sus vidas, en busca de alguna prosperidad que en su país no hallan; ahora, Maduro reversa expropiaciones que la revolución ha sido incapaz de manejar y, así, pasaría en Colombia si permitimos aniquilar su economía. 

Loa admiradores de Petro ignoran las crisis nicaragüense, argentina, chilena y peruana, países que inexorablemente van de la bonanza a la ruina. Tampoco los jóvenes, o “progres” como prefieren llamarse, reversan la película histórica para mirar los efectos que causó el terror rojo de gobiernos comunistas en Rusia, 20 millones de muertos, China 65, Corea del Norte y Camboya 2 millones, Europa Oriental 1 millón, África 1,7 millones bajo los regímenes de Stalin, Mao, Pot Pot, Kim II Sung, Ceaucescu, y Ho Chi Minh. 

Los gobiernos marxistas se atornillan al poder cambiando a su amaño la Constitución, eliminando la separación de poderes y, para “igualar” las oportunidades, llevan a sus países a la pobreza. Mucho más tarde, con su población amaestrada que los “progres” de allí no vieron, vienen los ajustes en algunos de estos gobiernos como tuvieron que hacerlo Rusia con la Perestoika y China, aunque sus regímenes sigan siendo autoritarios y represivos.

A los “progres” les resbala que los ahorros de sus pensiones se los repartan a quienes no han hecho esfuerzo alguno para asegurar su vejez, o se los roben, creen erradamente que tendrán trabajo para siempre y no caen en cuenta que llegará el momento en que la incapacidad que la edad avanzada acarrea les impedirá disfrutar del merecido solaz que se merecen por años de sacrificios para sí y sus familias. No evalúan la hiperinflación que causaría la emisión desmedida que arruinará sus ingresos como sucedió en Venezuela donde el salario mínimo quedó en el equivalente a veintiocho dólares, en contraste con el nuestro que es de doscientos cincuenta, diez veces más al sumarle el subsidio de trasporte. Y, como el estómago apremia, deben afiliarse al partido del dictador para ser merecedores de una cajita Clap de las que suministraba Alex Saab en el vecindario y aquí recibirían de alguna socia suya. 

¡Despierten! La libertad o esclavitud depende de su voto.  

El Rincón de Dios

Dios no me ha llamado a tener éxito. Él me llamó a tener fe.” Madre Teresa de Calcuta.


[1] No recuerdo donde leí esta frase.

@rafuribe

Publicado: mayo 24 de 2022

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