Leszli Kálli: Cambiaría votos por gatos pero…

Leszli Kálli: Cambiaría votos por gatos pero…

Para llegar a una Cámara de Representantes o Senado en Santander, supongo que así será en todo el territorio nacional, la maquinaria politiquera en un país que no ve prensa, que no se informa, compra los votos y quiero mostrarles tres modalidades que son usadas (solo tres).

Mediante un anuncio de prensa, un mes antes a las elecciones, los aspirantes a un cargo popular, a través de una figura anónima, exponen el siguiente comunicado:

“Se solicita personal para trabajar día laboral bien remunerado, no necesita experiencia ni título profesional. Requisitos: Ser mayor de edad. Enviar su hoja de vida a la siguiente dirección.“

Reciben entre 2000 y 3000 hojas de vida, las cuales son analizadas por un grupo donde solo les miran la cédula para corroborar su lugar de votación, si coincide con el departamento, los llaman y les ofrecen 150.000 pesos el día electoral con la condición que les pagan ese dinero si consiguen 4 personas para votar por determinado candidato con una bonificación extra de 50.000 pesos.

El voto sale costando 50.000 pesos por persona.

Alrededor de 1.500 a 2000 personas aceptan por lo que solo esta modalidad tiene un costo de  300 a 400 millones de pesos asegurando de 6000 a 8000 votos.

Tanto para la Cámara como Senado se necesitan más votos y por ello, también entra la modalidad de los taxistas que son contratados para el día de las elecciones y les pagan el día a 150.000 pesos; se les pide previamente su número de cédula para corroborar su lugar de votación y también deben hacer mínimo 4 carreras para llevar gente a votar. Al final, les dan una bonificación de 50.000 pesos pero aquí pueden conseguir más de 4 votos.

Un politiquero fuerte, consigue alrededor de 150 taxis en una ciudad como Bucaramanga.

Multipliquemos: 150 taxis x 5 votos = 750 votos comprados = 30 millones de pesos.

Y por último, están los pregoneros de los barrios que le insisten a la gente cerca de los puestos de votación que voten por el candidato que les paga el día, cuyo valor es de 50 mil pesos.  Solo en Santander hay 311 puestos de votación. A ellos se les debe dar una camiseta, gorra, bebidas y alimentación aparte de la publicidad en miniatura que reparten sin que las autoridades se den cuenta.

Sigamos multiplicando solo para una Cámara: 311 x 50.000 más 30.000 costos de alimentación y publicidad = 24,880.000 pesos.

Tengamos en cuenta que en todo el país, hay 88.657 mesas de votación.

¿Cómo van hasta aquí las cuentas con estas tres modalidades?

Hojas de vida= Votos: 8000.  Costo: 400.000.000 de pesos.

Taxistas=  Votos 750.     Costo: 30.000.000 de pesos.

Pregoneros= Votos Fijos 311  Costo: 24.880.000 de pesos

Total Votos: 9.061 Costo: 454.880.000 de pesos.

Tengamos en cuenta que no estamos sumando los costos de transporte ni publicidad ni las otras modalidades, tengamos en cuenta que para ser representante a la Cámara o Senado, se necesitan muchos más votos y plata. Por eso la importancia de las listas cerradas, para ver si de una vez por todas, eliminamos esta serpiente que se come su propia cola. No hay formas mágicas de erradicar la corrupción si estas practicas continúan, ya que los congresistas deben llegar a mirar cómo reponen estos dineros (robar).

P.D. Si la gente recibiera gatos, aseguro la presidencia de la República, de resto es una quemada fija lanzarse a una Cámara si no se tiene la tula. Agradezco a todos sus buenas intensiones, pero este país parece que no ofrece aun un escenario claro y limpio para desarrollar el ejercicio y el voto de opinión no puede competir con la maquinaria politiquera de siempre, además solo tengo 30 gatos y no los cambio ni por mi vida.

Traten solamente de escoger candidatos con hojas de vida limpias, no es imposible, aun hay gente decente en este país.

*Se consultaron dos fuentes para esta columna.

@LeszliKalli

Publicado: junio 28 de 2017