Animal spirits

Animal spirits

John M. Keynes, leseferiano arrepentido y vergonzante, padre de los subsidios, en su obra Teoría General de la Ocupación, el Interés y el Dinero, acuño la expresión Animal Spirits (Espíritus Animales) para explicar, cómo la emoción influye más que la razón en el comportamiento humano, pudiéndose ponderar en términos de confianza.

Valiéndose de este término, Keynes explicó, que además de la inestabilidad que produce la especulación en el mercado, hay otra inestabilidad que deviene de la naturaleza humana y que frecuentemente hace que la conducta dependa más del deseo, que de una expectativa matemática, moral, hedonista o económica.

Es claro que la mayor parte de las decisiones que tomamos los seres humanos, cuyas consecuencias tan solo se conocen a futuro, son el resultado del influjo del Animal Spirits, que no es nada distinto, al estímulo que impulsa a la acción desestimando el análisis previo de consecuencias cualitativas o cuantitativas multiplicadas por probabilidades.

Si bien la expresión en comento es aplicable al comportamiento de los consumidores en el mercado, es evidente que en política también aplica, y que en Colombia la dudosa reelección Santos, impulsada por el señuelo de lograr la paz, respondió al Animal Spirits nacional.

Así lo corrobora el hecho, que después de 4 años de firmado el mal llamado “Acuerdo de La Habana”, el Comité Internacional de la Cruz Roja afirme, que el acuerdo no logró la paz, y, que millares de ciudadanos que la apoyaron, se sientan burlados y desengañados al percatarse, que lo que único que se logró fue entronizar la más cínica y desvergonzada impunidad, y, estimular y aumentar la violencia, la delincuencia y el narcotráfico.

Una gran minoría del país sin evaluar con juicio el contenido del modelo de paz de Santos, se dejó guiar por el Animal Spirits y le apostó a la esperanza de lograrla, así como al arrepentimiento de un puñado de narcoterroristas anacrónicos e incorregibles.

Es claro que cada día que transcurre, se devela y comprueba, cómo la banda narco criminal de las Farc logró secuestrar un gobierno sin rumbo, que terminó condenado a complacer la impunidad, así como la voracidad insaciable de unos bandoleros disfrazados de verde, que jugaron sin piedad con la falsa promesa de poner fin a sus crímenes y fechorías.

Pero contra toda evidencia y violentando el querer mayoritario nacional, Santos de manera ilegal y por demás espuria, decretó la paz, no para lograrla, sino para lucrarse de ella, soñando con una nominación al Nobel de Paz, el que al final obtuvo de manera inmerecida y truculenta.

Para burlar la voluntad de la mayoría de colombianos, y para acallarla, Santos politizó la paz, dividió el país y lo intimidó con la guerra, desconociendo que la paz es un bien anhelado por todos que a nadie le pertenece y que su logro, es el resultado del orden y la justicia y no de la impunidad.

Sobrecoge que Santos, a pesar de haber fletado el Congreso por medio de tantos edulcorantes, no hubiera sido incapaz de sacar adelante las reformas que tanto anunció, a la Educación, la Justicia, la Salud, la Pensional, la Financiera, la Minera, la Carcelaria y la Política, así como un Plan Integral de Desarrollo que se ajustara e hiciera sostenible el modelo económico, para lograr reducir las hondas diferencias sociales que tantos desencuentros producen.

La memoria colectiva no existe, y de ello se nutren los políticos y los malos oferentes del mercado, quienes solo promueven la emoción, la pasión, la ilusión y la esperanza para luego defraudarlas.

Si alguna vez Santos paseó su mirada sin rigor sobre la obra de Keynes de seguro advirtió, qué ante su falta de estatura de estadista, siempre tendría que apelar al Animal Spirits de los colombianos para sacar adelante sus patrañas y felonías.

La evidencia de los hechos demuestra, cómo Santos logró que la nación navegara a bandazos y sin rumbo alguno en busca de una paz incierta, movida por el Animal Spirits que la sigue manteniendo desorientada.

Después de conocerse el informe del Comité Internacional de la Cruz Roja que afirma, “el conflicto sigue vivo”, no sorprendería que Santos fuera despojado de su mal habido Premio Nobel, no a la paz, sino a la Impunidad, así como por la forma desleal y oscura como lo obtuvo.

@RRJARABA

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*Rafael Rodríguez-Jaraba. Abogado Esp. Mg. Litigante. Consultor Jurídico. Asesor Corporativo. Conjuez. Árbitro en Derecho. Catedrático Universitario. Miembro de la Academia Colombiana de Jurisprudencia.

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