Hace pocas semanas las autoridades capturaron al dirigente del SÍ en Tumaco, Nariño, señalado de integrar una organización de narcotraficantes.
Hace algunos días fue capturado en Cali Diego Fernando Pizarro Portilla, conocido con el alias de Alcalde o don Gaula. La operación, conocida como “Mar Azul”, también se desarrolló en Cali, Buenaventura y Tumaco. Fue desvertebrada casi la mitad de una organización criminal dedicada al tráfico de droga que enviaba cargamentos hacia Centroamérica vía el mar Pacífico, casi semanalmente. Hasta aquí no hay nada raro, bandidos y en el Pacífico se cuentan por decenas.
Lo que llama la atención es que Diego Pizarro fue el jefe de la campaña por el SÍ en el plebiscito y, como era un nuevo rico, se perfilaba como jefe indiscutido de los partidos de la Unidad Nacional o “santismo” en la región.
Cuando era “pobre e indocumentado”, Pizarro participó modestamente como candidato a la Alcaldía de Tumaco en las elecciones del 2015. Sus buenos antecedentes y conducta intachable hasta esa fecha le mereció ser avalado por el director del Centro Democrático, colectividad en la cual militaba abiertamente. Pero en la campaña conoció a José Feliciano Góngora Solís, alias El Viejo, o El Papá, quien lo hizo abandonar a su partido político de oposición y volverse oficialista santista. Una vez en el santismo, el capo nombró a Pizarro como contador de la banda mafiosa. Es decir, primero se volvió seguidor de Santos y luego narcotraficante.
Organigrama de la estructura delincuencial a la que pertenece alias «El Alcalde»
Diego Pizarro, el dirigente oficialista-santista de Tumaco se casó con Maru Góngora Solís, hermana de José Feliciano Góngora Solís. José Góngora fue capturado por narcotráfico hace aproximadamente dos años, fue extraditado y se encuentra en Texas, Estados Unidos.
La investigación que terminó con el apresamiento de alias El Alcalde duró aproximadamente dos años, lo cual resultó en su captura en la madrugada del 2 de febrero en la ciudad de Cali. Esto significa que cuando era candidato por el Centro Democrático todavía no pertenecía a la organización criminal. El partido del presidente Uribe nunca avaló a un narcotraficante. Una vez ingresó al santismo y a la mafia se dedicó, como un converso, a perseguir fanáticamente a su anterior partido. Fue el jefe de la campaña por SÍ en el plebiscito del 2 de octubre de 2016 y convirtió su cuenta de Twitter en barricada para defender a su nuevo jefe, el presidente Santos.
El neocapo santista mafioso fue el primero en saludar el otorgamiento del Nobel a Santos. Escribió: “Felicitaciones al Presidente Santos, bien merecido! Qué pena que hasta los noruegos entiendan más que muchos colombianos, que necesitamos y merecemos un país sin conflicto armado”.
La campaña de Pizarro en el plebiscito se hizo por todo lo alto; llegó a instalar en un sector de la ciudad (barrio La Florida) una valla en la que aparece él junto a los logos de la campaña por el SÍ y su correspondiente palomita rechoncha. Decía la valla: “Sí, Plebiscito, el momento es ya”. Muy orondo, Pizarro asoció su figura al SÍ y a Santos. En la foto, en su plan de posar como mafioso-santista y jefe de la expansión de cultivos ilícitos que tanto ha patrocinado Santos con sus acuerdos con las Farc, alcanza a apreciarse el apellido Pizarro con las mismas artes publicitarias oficiales de la campaña. Luego ordenó imprimir la siguiente consigna: “Invito a los tumaqueños a votar SÍ este 2 de octubre, para que JUNTOS avancemos en la construcción de la paz”.
Pizarro, decía conocer bien a Santos y a todos los jerarcas de la campaña del SÍ, aunque esto último no se pudo comprobar. Durante la campaña, el entonces jefe santista denunció que el uribismo estaba diciendo mentiras para que la gente votara por el NO y que se quería coartar la libertad de los comandantes de las FARC para hacer proselitismo electoral, aunque en general todos los activistas del SÍ pudieron moverse en todas las zonas urbanas y rurales. No se debe olvidar que durante esas fechas las FARC habían declarado un cese del fuego unilateral y Pizarro aplaudía esa decisión de las Farc, socios de los capos del narcotráfico en su región.
Lo complicado de la historia con Diego Pizarro es que se suma a una larga lista de personas cercanas a la estructura política de los partidos de la Unidad Nacional o “santismo” que han estado vinculadas a actividades ilícitas. No sólo en referencia a Ñoño Elías, Benedetti, las ministras Álvarez y Parody, sino a la complicidad de Santos y su ministra de Relaciones Exteriores con los jerarcas del régimen venezolano, abiertamente comprometidos en el tráfico de estupefacientes, según las autoridades norteamericanas.
Publicado: febrero 28 de 2017
Nota: Respuesta caricaturizada a una «denuncia» de un analista sesgado contra el uribismo.
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