La Unión de Naciones Suramericanas, UNASUR fue un invento de los promotores del agonizante Socialismo del siglo XXI. El dictador Hugo Chávez, apoyado por el hoy convicto Lula Da Silva y por el prófugo Rafael Correa, sentaron las bases de un organismo multilateral hecho a la medida de las exigencias de los gobernantes suramericanos que implantabaron el modelo bolivariano en sus respectivas naciones.
El corrupto Néstor Kirchner fue, así mismo, uno de los principales promotores de UNASUR, entidad en la que fungió como primer secretario general. El objetivo de los tiranos latinoamericanos era el de liquidar a la OEA a través del nuevo organismo multilateral que, obviamente, jamás iba a hacer pronunciamiento alguno frente a los desmanes que cometieran los gobernantes afines al castrochavismo.
Para muchos, UNASUR terminó convertido en un cómplice de la dictadura venezolana. Cuando el narcoexpresidente colombiano Ernesto Samper fungió como secretario de esa entidad, aseveró que “Venezuela, con Maduro, está en muy buenas manos”.
No viene al caso recordar los asesinatos, los abusos, las violaciones contra los derechos humanos de los opositores, los encarcelamientos masivos, la vulgar censura de prensa y los saqueos propiciados por la satrapía liderada por Nicolás Maduro, pero las palabras de Samper fueron, en efecto, una licencia para que el régimen venezolano continuara abusando del poder, en contra de los derechos de los ciudadanos de ese país, oprimidos, perseguidos y vilipendiados.
Durante su candidatura presidencial, el presidente Duque anunció que Colombia dejaría de observar una actitud cómplice con la dictadura de Maduro. Aseguró que su gobierno no nombraría embajador en Venezuela y que las relaciones diplomáticas se limitarían a los asuntos consulares.
Como es natural, ni Maduro ni ninguno de sus compinches fue invitado al acto de posesión del presidente de la República y desde el comienzo de este nuevo gobierno se han enviado mensajes muy claros frente al régimen despótico venezolano.
El canciller Carlos Holmes Trujillo ha tenido una posición firme que no deja espacio para las interpretaciones o las dudas. Normalmente, la diplomacia toma tiempos extensos y las decisiones tardan más de lo que la gente está dispuesta a tolerar.
Para mostrar un nuevo estilo y confirmar que la cancillería colombiana con el régimen venezolano es inexistente, 20 días después de haberse posesionado como ministro de Relaciones Exteriores, el doctor Trujillo le remitió a la secretaría general de UNASUR una nota verbal en la que notifica “la decisión de la República de Colombia de denunciar” el tratado por medio del cual Colombia se hizo miembro de ese organismo.
De acuerdo con el propio tratado, el retiro de Colombia surtirá efecto 6 meses después de este anuncio. Así las cosas, el 27 de febrero del año entrante nuestro país quedará oficialmente por fuera de UNASUR, entidad que diseñaron los dictadores latinoamericanos para legitimar sus regímenes corruptos y oprobiosos.
Hizo bien el canciller colombiano al proceder sin dilaciones y con contundencia respecto del retiro de nuestro país de UNASUR. Resulta inaceptable que Colombia, con su presencia en ese organismo, continuara legitimando los abusos que comete el tirano Maduro contra su propio pueblo.
Publicado: agosto 29 de 2018
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