Hace 53 años, el partido Comunista de Colombia, animado por el régimen castrista de Cuba, fundó una organización armada, Farc, cuya finalidad fue el ejercicio del terrorismo.
Miles de asesinatos, desapariciones forzadas, secuestros, extorsiones, violaciones, reclutamiento forzado de niños, desplazamiento de campesinos y destrucción de infraestructura fueron realizados por la banda fundada por el partido Comunista.
La propaganda de los comunistas y de las Farc justificó el accionar terrorista como «una actividad de autodefensa del pueblo frente a la agresión del Estado colombiano». El senador de las Farc, Cepeda, creó incluso una fundación dedicada a negar la legitimidad de las acciones del Estado colombiano. La llamó MOVICE, Movimiento de Víctimas del Estado.
Farc y el Partido Comunista inundaron con su propaganda anticolombiana los medios internacionales. Para el efecto fundaron una agencia internacional de noticias, Anncol, con sede principal en Estocolmo, Suecia. El principal caballito de batalla de todos los publicistas “farianos” durante cinco décadas fue la repetición de la muletilla de que existe el “paramilitarismo como política de Estado” en Colombia.
Ningún gobierno quiso rendirse y hacer semejante “confesión”. Ni Belisario ni Samper ni Pastrana, dispuestos a tragar todos los sapos, aceptaron falsear de esa manera la historia; fueron conscientes de que no podían entregar en bandeja de plata la cabeza de los militares, sus propias cabezas y las de otros políticos colombianos, para que terminen siendo juzgados injustamente como autores intelectuales de los horripilantes crímenes de los paramilitares.
Además, la necesaria otra cara o interpretación histórica del nuevo artículo constitucional será que se exonera a las Farc de sus crímenes puesto que quedan definidos como actos de legítima defensa contra la tiranía.
En el llamado “acuerdo final”, Santos claudicó y aceptó convertir en versión histórica oficial que las bandas paramilitares que compitieron con las Farc en derramar sangre y asolar los campos y ciudades de Colombia, fue una política ideada por los partidos políticos liberal y conservador, los gabinetes de ministros, los militares y policías y los jefes de Estado de Colombia.
LOS IRREVERENTES tuvieron acceso al expediente del “Proyecto de Acto Legislativo No. 04 de 2017, Senado, por medio del cual se dictan disposiciones para asegurar el monopolio legítimo de la fuerza y del uso de las armas por parte del Estado».
La referida iniciativa, que cursa casi clandestinamente en el congreso, lleva la firma del exministro del Interior, Cristo. Es ponente el senador del Polo, Alexander López.
Con el voto entusiasta del partido Liberal, encabezado por el cuestionado Horacio Serpa y el voto agazapado y vergonzante de la bancada conservadora, la Comisión Primera del Senado aprobó adicionar el artículo 22 de la Constitución con un texto redactado por las FARC, incorporado al Acuerdo Final y trasladado literalmente a nuestra pobre y maltrecha Constitución:
“Artículo1: Adiciónese el artículo 22A a la Constitución Política de Colombia, el cual quedará así:
Artículo 22A: Como una garantía de No Repetición y con el fin de contribuir a asegurar el monopolio legítimo de la fuerza y del uso de las armas por parte del Estado, y en particular de la Fuerza Pública, en todo el territorio, se prohíbe la creación, promoción, instigación, organización, instrucción, apoyo, tolerancia, encubrimiento o favorecimiento, financiación o empleo oficial y/o privado de grupos civiles armados organizados con fines ilegales de cualquier tipo, incluyendo los denominados autodefensas, paramilitares, así como sus redes de apoyo, estructuras o prácticas, grupos de seguridad con fines ilegales u otras denominaciones equivalentes.
La ley regulará los tipos penales relacionados con estas conductas, así como las sanciones disciplinarias y administrativas correspondientes”.
El senador José Obdulio Gaviria, del Centro Democrático, dijo que «este artículo proveniente de la pluma de los terroristas es un triunfo político insólito e inmerecido de las Farc y de los enemigos del Estado colombiano y una derrota auto infligida por el jefe de ese Estado y refrendada por los partidos políticos conservador y liberal». Gaviria hizo notar que «a los partidos que están aprobando este artículo se les acusa en la ponencia de haber planeado y llevado adelante una política genocida desde el año 1965. Política que según las Farc fue la que condujo a que unos honrados y heroicos jefes comunistas se levantaran en armas; armas que ya han decidido “dejar” porque Santos les reconoció la justicia de su causa».
LOS IRREVERENTES confirmaron que el artículo redactado por las Farc será aprobado esta semana por la plenaria del senado, en donde llevarán la palabra como sus más beligerantes defensores los senadores Barreras, Benedetti y los representantes de las Farc comandados por el senador Iván Cepeda.
Publicado: mayo 30 de 2017