El Tejemaneje-Abril 17

El Tejemaneje-Abril 17

Para el presidente Trump es más importante hablar con el presidente Uribe, jefe de la oposición colombiana, que con Santos.

El desconsuelo de Santos

Desde que Donald Trump ganó las elecciones presidenciales en noviembre del año pasado, a Santos, como se dice popularmente, se le “empezó a dañar el caminado”. Con Obama, tuvo un apoyo incondicional al proceso de La Habana, al extremo de que un enviado especial de la Casa Blanca, Bernie Aronson, estuvo presente de forma permanente en la mesa de diálogo.

Todas las apuestas de Santos estaban por la victoria de Hillary Clinton. El triunfo de la candidata demócrata despejaba el terreno para la consolidación del proceso Santos-Farc.

Pero fue Donald Trump, quien tiene una posición vertical contra el terrorismo, el ganador de las elecciones y desde enero de este año, para desconsuelo de Santos, ejerce como el presidente número 45 de los Estados Unidos.

Buscando un acercamiento

Como presidente electo, Donald Trump empezó a llamar uno a uno a los presidentes de los países que son socios naturales de los Estados Unidos. Santos, después de muchas presiones, de trabajo arduo de compañías de Lobby, por fin recibió la anhelada llamada que duró menos de 3 minutos. Fue una charla puramente protocolaria.

Vanidoso y presumido, Santos trató de sacarle punta a aquella comunicación, al punto de que obligó a que los medios de comunicación que han recibido millonarios sobornos de su gobierno, hicieran una amplia reseña de la intrascendental charla telefónica.

A través de la cancillería, de la embajada de Colombia en Washington y con el apoyo de firmas especializadas en ese tipo de acercamientos –todas ellas pagadas con recursos públicos-, Santos ha buscado desesperadamente una audiencia con el presidente Trump.

La extradición

Sobre el proceso con la banda terrorista de las Farc se posa una espada de Damocles: la extradición (Puede leer “Trump y las Farc”). Buena parte de la cúpula de esa cuadrilla mafiosa tiene procesos pendientes en distintas cortes de los Estados Unidos.

Y Santos sabe que, tarde o temprano, esos delincuentes terminarán extraditados a los Estados Unidos donde los esperan, como a Simón Trinidad, largos años de cárcel, esa misma que no pisarán en Colombia gracias al acuerdo de impunidad que les fue regalado por nuestro gobierno.

Son terroristas

Otro aspecto que mucho preocupa a Santos es que los Estados Unidos siguen considerando a las Farc como un grupo terrorista. Será difícil para esos criminales hacer política en Colombia, sabiendo que en Norteamérica ellos son considerados igual o más peligrosos que organizaciones como Al-Qaeda, ISIS y demás estructuras que aterrorizan a la humanidad.

Santos iracundo

No debió haber recibido con buen ánimo la noticia de que el presidente Trump haya preferido hablar primero con el presidente Uribe que con él, como en efecto sucedió el viernes Santo, en el club Mar A’Lago, en Palm Beach, Florida.

De nada han servido las razones, las gestiones, las solicitudes. El mensaje es claro: para el presidente Trump, que eventualmente atenderá a Santos cuando tenga un hueco en su apretada agenda, es más importante oír al jefe de la oposición de Colombia que al presidente que le entregó la democracia a un grupo terrorista.

@IrreverentesCol

Publicado: abril 17 de 2017