La historia de la humanidad está acostumbrada a conmemorar la muerte de las personas importantes e influyentes en el mundo; sin embargo, el día de hoy no voy a festejar la muerte, sino el nacimiento y vida de Antonio Amador José de Nariño y Álvarez del Casal.
Antonio Nariño nació el día 9 de abril de 1765 – el pasado domingo se cumplieron 252 años de su natalicio – en Santafé de Bogotá. Empero, no haré un recuento bibliográfico del precursor, sino que intentaré acomodar su pensamiento y conducta al vivir de hoy en día y, cómo los colombianos deberíamos actuar conforme a lo ilustrado por él.
Para iniciar, debemos ser enfáticos en algo: Antonio Nariño fue considerado como uno de los patriotas más valientes, pero no solo porque se expresaba de manera contundente acerca de algo con lo que no estaba de acuerdo, sino también porque actuaba conforme a lo que manifestaba.
Es considerado de ésta manera porque pasó más de un tercio de su vida preso; pero por una causa justa, su patria, su nación.
Por lo anterior, me gustaría resaltar dos aspectos importantes de la vida del prócer; a saber: (i) el empeño para que sus compatriotas supieran los derechos que podían llegar a obtener y (ii) su constante esfuerzo para liberar su patria de tiranías y gobiernos que no le convenían.
El primer punto lo vemos materializado en la traducción e impresión de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, elaborada por la Asamblea Nacional Francesa en París y, posterior distribución de ésta, por parte de Nariño y de Luis de Rieux.
Mencionado reparto se llevó a cabo el 13 de diciembre de 1973 en Santafé de Bogotá; causando gran alboroto en el país y, sobre todo en los Oidores de la Real Audiencia de Santafé, toda vez que la declaración contenía una serie de derechos naturales, inalienables y solemnes del Hombre, a los que los neogranadinos no tenían acceso.
Por éste heroico acto, Nariño fue arrestado a 10 años de cárcel, ya que la Corona española y el Virreinato español lo consideraron como un acto de rebeldía, lo cual iba en contra de sus deseos de seguir manteniendo esta colonia bajo su poder.
El segundo punto a resaltar se hizo efectivo en el incomparable amor que le tenía Nariño a su patria; aquel que lo llevó a hacer un acto revolucionario – traducción, impresión y distribución de la Declaración DDHC- fugarse cuando estaba preso para prepararse en el mal llamado viejo continente para lograr la independencia de su patria y, una vez lograda ésta para cuidar, luchar y morir por ella.
Aunado a lo anterior, es importante hacer ver que Nariño no solo luchó en contra de una monarquía extranjera, sino también contra un gobierno interino, el cual, para él, estaba gobernando de manera inadecuada; como lo fue el de Jorge Tadeo Lozano, logrando así su dimisión y posterior proclamación como presidente de Antonio.
Por todo lo expuesto quiero que les queden varias cosas para que tengamos en cuenta en la situación tan crítica que está viviendo nuestro país: (i) A pesar de las lamentables y pésimas leyes que nos sean impuestas, podemos buscar aquellas que proclamen la libertad, igualdad y justicia. Como lo hizo Nariño, que al vivir en una colonia española se dio cuenta del despotismo del país ibérico y buscó a toda costa que sus compatriotas conocieran otras normas a las que podrían llegar con una lucha constante. (ii) No ceder la soberanía de Colombia a ningún ente supranacional ni a otro país, porque Colombia es independiente al tomar cualquier decisión política, económica, jurídica y social. Así lo buscó Nariño desde que comenzó su vida política, escudriñando el tan anhelado grito de la independencia, aquel que en 1810 manifestó que éste país no dependía de nadie. (iii) Sin importar el Gobierno que esté de turno, debemos ser críticos y exigentes con éste. No podemos propender por un país que se base en corrupción e injusticia; como nos lo demostró el eminente al luchar y luchar por un país mejor, en contra de una monarquía extranjera; pero ojo, no solo en contra de un mandato exterior, sino también haciendo críticas al interino. (iv) El más importante de todos es luchar por su patria, porque ésta crezca fundada en principios, valores e ideas y, por tanto, conmino a los jóvenes a buscar la plenitud del Estado Colombiano para que no siga siendo pisoteada por los extranjeros, ni mucho menos por los conciudadanos.
Publicado: abril 11 de 2017