¿Néstor Raúl Correa tuvo reuniones con un delegado de los capos del cartel de Cali, Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela?
Correa se tiene que ir
Luego de que el cuestionado secretario de la denominada jurisdicción especial de paz, Néstor Raúl Correa, se inventara que el exministro Diego Palacio Betancourt había “confesado” que en efecto él sí sobornó a Yidis Medina, la oposición le ha pedido a la ONU que retire de forma inmediata a ese sujeto que no garantiza imparcialidad ni transparencia en los procesos que eventualmente vaya a asumir la JEP.
¿Prudencia y discreción?
Aún más insólita que la mentira de Correa, resultó la solicitud del ministro de Interior, Juan Fernando Cristo quien le pidió “prudencia y discreción” al secretario de la JEP. ¿Discreción? Quiere decir que al gobierno, en cabeza de Cristo, lo que le molesta no es que Néstor Raúl Correa se haya inventado la supuesta confesión de un delito, sino que haya sido “indiscreto”. En otras palabras, que se haya “dejado agarrar”.
La invitación de Cristo, conocido de autos desde los aciagos tiempos del proceso 8000, no es para que Correa deje de inventarse confesiones, sino para que lo siga haciendo, pero con prudencia y discreción.
El pasado de Correa
Néstor Raúl Correa es un hombre que lleva muchos años caminando por los pasillos de la rama jurisdiccional colombiana. Su primer cargo de relevancia, fue en la corte constitucional, cuando se desempeñó como magistrado auxiliar de Alejandro Martínez Caballero, quien llegó al tribunal constitucional en 1991, representando a la desmovilizada banda terrorista M-19.
Desempeñando aquel cargo, Correa consolidó su amistad con un abogado que por aquellos años llevaba algunos procesos. Se trata de Juan Carlos Henao, hoy rector de la universidad Externado de Colombia.
Enemigo declarado del uribismo
Resulta a todas luces reprochable que el gobierno haya permitido que la secretaría de la JEP quede en manos de Correa. LOS IRREVERENTES, ratifican lo que han denunciado desde hace algunas semanas: Correa llegó a ese puesto como cuota directa de Juan Carlos Henao quien quiere tener control sobre los procesos que se adelanten en la justicia especial de paz.
Una persona que trabajó con Correa cuando se desempeñó como magistrado del desprestigiado consejo superior de la judicatura, le confirmó a este portal los términos soeces que él utilizaba cuando se refería al presidente Uribe.
¿Puede un sujeto que no oculta su odio por todo lo que tenga que ver con el uribismo, fungir como secretario de un aparato de justicia que fue creado, precisamente, para perseguir a todas aquellas personas que desde la democracia enfrentaron a la banda terrorista de las Farc?
Dos preguntas al doctor Correa
Néstor Raúl Correa no puede evadir a la sociedad. De manera desafiante con los periodistas colombianos, ha dicho que ellos “lo malinterpretaron”, cuando no hay espacio para las dudas: él se inventó la supuesta confesión de Diego Palacio Betancourt.
Ahora, cuando el doctor Correa resuelva ponerle la cara al país para explicar esta situación, debería aprovechar para responder con sinceridad las siguiente pregunta: cuando él era magistrado auxiliar de la corte Constitucional, ¿sostuvo reuniones con un representante de los hermanos Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela para hablar de acciones de tutela de la familia de los capos que hacían tránsito en ese tribunal?
¿Por qué su nombre aparece reseñado en los libros contables del cartel de Cali, como beneficiario de una de sus empresas fachada, la tristemente célebre Inversiones Ara? Una de las pruebas que sirvió para condenar a muchos de los involucrados en el proceso 8000 fue el pago de cuentas del hotel Intercontinental por parte de la empresa Inversiones Ara. Pues bien, uno de los beneficiados de esos pagos de hotel fue el doctor Néstor Raúl Correa, otrora cercano a la mafia y hoy secretario general de la denominada justicia especial de paz.
Publicado: abril 6 de 2017