Entre más columnas zalameras escriba Gabriel Silva Luján, lisonjeando a Santos, el desprecio popular por el presidente será aún mayor.
Los chistes de Silva Luján
Gabriel Silva Luján, a quien el expresidente Andrés Pastrana llama “la mula” de la Federación Nacional de Cafeteros y que en algunos círculos bogotanos consideran que tiene un comportamiento propio de los meseros, por ser un aficionado a las propinas, aprovechó su columna semanal en el diario oficialista El Tiempo, para referirse a la marcha convocada por la oposición contra el gobierno corrupto de Juan Manuel Santos.
Como era natural, Silva Luján, para agradar a quien lo ha llenado de contratos y representaciones multimillonarias, escribió que la marcha fue un fracaso absoluto y que aquello fue, más o menos, una caminata marginal.
Más allá de los números
Nadie sabe a ciencia cierta cuánta gente fue. Lo que sí se ha podido comprobar es que la marcha tuvo un impacto demoledor. Los sectores afines al régimen santista, hablaron de ella antes de que tuviera lugar y desde que se realizó –en la mañana del 1 de abril- no han parado de comentarla. Unos para descalificarla, otros para insultar a los asistentes y unos pocos para ponderar el efecto político de la misma.
Cuestión de talante
Una de las principales características de las tiranías es, precisamente, su propensión a maltratar a quienes hacen oposición. En tiempos no muy remotos, Stalin mandaba a sus enemigos al Gulag, Hitler a los hornos crematorios y Saddam Hussein al paredón. Actualmente, Kim Jong-Un tira a sus críticos a fosos colmados de perros hambrientos para que éstos hagan lo que corresponda.
Hugo Chávez, fallecido “mejor amigo” de Santos, no ahorraba adjetivos e insultos para referirse a sus críticos.
Santos, ha llamado a la oposición de todas las formas posibles: tiburones, perros, rufianes de esquina, manos negras. En fin…
Ahora, debilitado y con muy reducido margen de acción por cuenta de su propio desprestigio, Santos manda a sus áulicos a descalificar las movilizaciones masivas de los opositores.
Silva Luján y la fundación Buen Gobierno
El doctor Gabriel Silva, debería utilizar la columna que generosamente le ha regalado el director de El Tiempo para aclarar algunas cositas.
Ahora que se ha sabido que Juan Manuel Santos suscribió una alianza corrupta con Odebrecht, Silva debería revelarle al país las cuentas de la fundación Buen Gobierno, entidad a la que él pertenece y que, según le ha revelado una fuente a LOS IRREVERENTES, ha ayudado a financiar buscando aportes de diferentes personas y empresas.
¿Todo el que quiere quedar bien con Santos, o conseguir un contrato millonario con el Estado, previamente debe pasar por la oficina de Silva Lujan para acordar el monto del cheque que debe ser girado a nombre de Buen Gobierno?
Los números de la marcha
El presidente Uribe lo dijo horas antes de que empezara la jornada del 1 de abril: “si a la marcha salgo solamente con los muchachos de mi seguridad, me daré por bien servido”. Aquel no era un asunto de vanidad, ni de medición de fuerzas, sino de indignación real y comprobada.
Cada vez es mayor el nivel de frustración del pueblo colombiano frente a Santos. El fin de semana se conoció una encuesta de la firma Yanhaas en la que la popularidad del presidente de la República cayó al 13%, cifra nunca antes vista. A ese ritmo, Santos empezará su último año de gobierno con una aceptación de un solo dígito. La mala noticia es que entre más columnas zalameras escriba Silva Luján para lisonjear al presidente, el rechazo crecerá exponencialmente porque este no es un asunto que se resuelve en las páginas editoriales de El Tiempo.
Publicado: abril 4 de 2017