Al parecer la Ley Estatutaria en salud que debía entrar en plena vigencia en febrero pasado, empieza a fracasar, como todo lo que ha propuesto el gobierno Santos.
Dicha Ley establece en su Artículo 11: “Sujetos de especial protección. La atención de niños, niñas y adolescentes, mujeres en estado de embarazo, desplazados, víctimas de violencia y del conflicto armado, la poblaCión adulta mayor, personas que sufren de enfermedades huérfanas y personas en condición de discapacidad, gozarán de especial protección por parte del Estado”.
Lo anterior está siendo cada vez más limitado, dado que en Bogotá, como en otras ciudades del país, están cerrando servicios de Hospitales del Estado, o unificándolos en un solo centro asistencial, tal como va a pasar con el servicio de pediatría del Hospital Simón Bolívar, el cual será trasladado, según el secretario de Salud de Bogotá, al Hospital de Suba. Esto llevará a cerrar los servicios de ginecología y obstetricia del mismo hospital.
Una grave decisión que afecta no solo a las personas que habitan en las zonas de influencia del Hospital Simón Bolívar, sino al país, ya que este es un centro de referencia nacional para la atención de los pequeños en graves condiciones de salud.
No es posible prestar una atención oportuna y de calidad fusionando servicios en un solo Hospital, sabiendo el déficit de IPS que tiene Bogotá. Redistribuir y especializar los hospitales en atenciones especificas trauma, quemados, pediatría, etc, disminuye la posibilidad de una atención inmediata. Con las dificultades de infraestructura y movilidad que tiene Bogotá, no es posible prestar una atención adecuada. No pueden establecerse medidas en hospitales y clínicas sin tener una visión general de la ciudad.
La dirección de de ginecoobtetricia y neonatología del Hospital Simón Bolívar ya se ha expresado diciendo que “la administración pretende trasladar su unidad, que es pública y presta servicios de tercer nivel, al hospital de Suba (de II nivel), donde ni siquiera hay equipos propios y el servicio lo presta un privado”.
El secretario de Salud, Gonzalo Morales, tiene un plan para mejorar la atención en salud en Bogotá, comenzando con la reorganización de 22 hospitales, centralizándolos en 4 subredes, en donde no se ofrecerá de todo sino que se especializarán en unos tipos de atención. Aseguró el secretario que las ventajas del cambio: trasladar a un paciente entre hospitales será como pasarlo de un piso a otro, reduciendo trámites y tiempo. ¿Realmente se tiene presupuestado el tiempo de traslado de un hospital a otro con la difícil situación de movilidad de Bogotá?. Además tiene un plan de construir hospitales en el lugar donde está ubicado el San Juan de Dios, del cual se utilizará una parte y se construirán dos hospitales adicionales. Pero con los cierres que se han presentado en el pasado, no es una red suficiente que pueda prestar la atención adecuada a los casi 9 millones de personas que tiene la capital.
Por otra parte, el tema de los procesos de acreditación en Salud de las IPS del país está bien retrasado, pues solo el 1% de estas están certificadas, lo cual dificulta el control y la garantía de la prestación de servicios de alta calidad, de manera segura y oportuna. La Supersalud fallando como es habitual.
Tal parece que los dos años que dio el gobierno para la implementación de la Ley Estatutaria no fueron suficientes y como siempre todo se quedó en el papel, los ciudadanos continuarán pagando con sus vidas las deficiencias de un sistema mal ejecutado. Las secretarías de Salud no pueden ir en contravía de las políticas de Estado y todas sus estrategias deben ir encaminadas al cumplimiento de la misma y siempre en razón de crear lo mejor para los ciudadanos.
Publicado: marzo 27 de 2017