El Tejemaneje-Febrero 27

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Video del alcalde de Barranquilla, Alex Char borracho en un acto público podría acarrearle una dura sanción de la Procuraduría.

El espectáculo de Alex Char

Circula un video del alcalde de Barranquilla, Alex Char en el que, perfectamente embriagado, hace algunas referencias al carnaval en su ciudad y al apoyo que al mismo le ha dado la universidad Autónoma del Caribe y su rector, el doctor Ramsés Vargas Lamadrid.

No es la primera vez que el mandatario barranquillero aparece pasado de copas en eventos públicos u oficiales y cada vez son más fuertes las voces de quienes exigen que el doctor Char tome las medidas que corresponden para controlar el problema cada vez más grande que tiene con la bebida.

Más allá de la intimidad

Dirán los defensores del alcalde de la capital del Atlántico que lo que él tome o deje de tomar es asunto de su vida privada, lo cual sería cierto si aquello no afectara el desempeño de la función para la que fue elegido. De hecho, el código disciplinario único considera que es una falta gravísima de los funcionarios públicos “consumir, en el sitio de trabajo o en lugares públicos, sustancias prohibidas que produzcan dependencia física o síquica, asistir al trabajo en tres o más ocasiones en estado de embriaguez o bajo el efecto de estupefacientes”.

De acuerdo con la norma disciplinaria, las faltas gravísimas pueden ser sancionadas con destitución e inhabilidad hasta por 20 años para ejercer cargos públicos.

Ministro agradecido

El designado ministro de Justicia, Enrique Gil Botero, llegará al puesto cargando un pesado lastre: el multimillonario contrato que Eduardo Montealegre le dio en la fiscalía meses después de que él, Gil Botero, votara en el Consejo de Estado a favor de ampliar el periodo del entonces fiscal general de la nación.

Aquel contrato fue un claro y evidente pago de favores, práctica generalizada durante la era del dúo Montealegre-Perdomo en la fiscalía.

¿Devolverá el favor?

Desde que salió del cargo, Jorge Fernando Perdomo no se ha resignado a tener que volver a ser un modesto profesor de la universidad Externado de Colombia, claustro que lo ha cobijado y también que le ha ayudado a encubrir buena parte de las falsedades en las que ha incurrido.

Perdomo aspiró, sin éxito, a que Santos lo incluyera en la terna para fiscal general. Luego, manipuló a la Corte Suprema para que ésta lo designara como candidato suyo a la Procuraduría General de la Nación, como en efecto sucedió.

La candidatura de Perdomo fue un fracaso absoluto. Ni un solo senador votó por él, razón por la que, entristecido, tuvo que regresar a los salones del Externado.

Magistrado de la JEP

Un colega suyo, le comentó a LOS IRREVERENTES que Perdomo tiene puestas sus esperanzas en dos cargos: magistrado de la sala penal de la Corte Suprema de Justicia o magistrado del Tribunal Especial de Paz.

En uno u otro, el poder del ministro de justicia ayuda muchísimo y por eso no es de extrañar que el doctor Gil Botero, que no debió olvidar los $751 millones de pesos que Montealegre y Perdomo le regalaron, resuelva devolver el favor promoviendo el nombre de aquel en cualquiera de los cargos que ansía ocupar.

@IrreverentesCol

Publicado: febrero 27 de 2017