El Eln, como las Farc, sabe que la debilidad de Santos para enfrentarlos, se constituye en una licencia para delinquir.
Con licencia presidencial para matar
Inaudito que el presidente de la República haya llegado al extremo de calificar como “incidente” el atentado terrorista que el Eln llevó a cabo en Bogotá el pasado fin de semana, hiriendo de manera grave a 13 integrantes de la policía nacional.
3 de ellos se encuentran en cuidados intensivos mientras los médicos luchan por salvar sus vidas.
Gracias a la debilidad del presidente para enfrentar al crimen y a las organizaciones terroristas, éstas se sienten perfectamente habilitadas para atentar indiscriminadamente contra la ciudadanía.
Mientras el Eln continúa delinquiendo en distintos rincones de la geografía nacional, el gobierno se empecina en adelantar unos diálogos en Ecuador con los cabecillas de esa banda.
¿Habrá consecuencias?
Por el talante débil y por la incapacidad del gobierno de defender al pueblo de los ataques terroristas, resulta muy poco probable que los responsables del atentado en Bogotá sean perseguidos, capturados y castigados.
La ambigüedad de Santos es un aliciente para que los terroristas actúen contra la comunidad. Saben que, independientemente de la magnitud de las atrocidades que cometan, de entrada ya estarán perdonados y sus crímenes quedarán cobijados por la más espantosa impunidad.
Crimen sin castigo
El Eln no recibirá, ni siquiera, un llamado de atención. Las cosas seguirán como si no hubiese sucedido absolutamente nada y todo pasará como un “incidente” benigno.
Como en “incidente” quedó en su momento el asesinato de 10 soldados en Buenos Aires, Cauca quienes fueron masacrados mientras dormían por una cuadrilla terrorista de las Farc.
Aquel crimen, que tuvo lugar a comienzos de 2015, no acarreó ni una sola consecuencia para la guerrilla que por esos días charlaba en La Habana con Humberto de La Calle.
Santos, con si discurso maniqueo, se limitó a decir que el proceso de paz se requería para evitar que acciones como aquella siguieran ocurriendo en el país.
La carta de doña Lina
Si algo caracteriza a la exprimera dama de la nación, doña Lina Moreno de Uribe, es la prudencia.
A lo largo de los años se ha mantenido al margen de las controversias públicas en las que frecuentemente se ve involucrado el expresidente Uribe.
Por eso, ha llamado la atención una respetuosa, pero a la vez enérgica carta que ella le remitió en días pasados al general Mejía, comandante del Ejército nacional.
En la misiva, la señora esposa del expresidente Uribe se refiere a los hechos ocurridos hace algunos días en la región de Tierradentro, donde el grupo con el que ella se encontraba fue objeto de un hostigamiento armado.
La preocupación de la exprimera dama
Aclarando que en ningún momento ni ella ni sus acompañantes sintieron que su vida estuviera en peligro, a doña Lina le llama la atención el manejo que se le dio a la situación. En palabras suyas, “Comprendo la necesidad de dar a estos acontecimientos su justa medida, máxime cuando Colombia se encuentra en un proceso de pacificación que compromete su futuro, pero no que se trate de ocultar por las implicaciones éticas que conlleva para el país, y en primer lugar, para el Ejército y las fuerzas policiales. Y no digo esto porque hubiese sentido que la vida de quienes estábamos en el hotel estuviese en riesgo, sino porque el proceso de paz implica la responsabilidad de hacerle frente, con determinación y claridad, a todo lo que puede perjudicarlo”.
Tapen tapen
Como es de amplio conocimiento, este gobierno ha dado la orden de tapar todas las acciones que pongan en duda la supuesta voluntad de paz de la banda terrorista de las Farc. Y eso es lo que ha sucedido respecto del hostigamiento llevado a cabo en el zona donde se encontraba viajando doña Lina Moreno. Ella, a través de su carta, lo que pretende es que no se guarde silencio: “como en la guerra, la paz también tiene exigencias éticas que no pueden ser soslayadas, pues de lo contrario los hombres y mujeres que conforman las fuerzas militares perderán el rumbo y los valores que engendran la necesaria confianza de los ciudadanos y el respeto de otras naciones”, concluyó la exprimera dama en su interesante misiva.
Publicado: febrero 21 de 2017