Un hito en la historia de las mayores mentiras del país. Se acabó enero y Farc sigue delinquiendo, con bombos y platillos el presidente Juan Manuel Santos anunció el último día de la guerra, el fin de los delitos de las Farc, el logro que trajo consigo el Nobel de Paz, pero las cuentas fallaron y las Farc aún siguen delinquiendo.
Los instrumentos del Derecho Internacional Humanitario, establecen la prohibición de reclutar menores de 15 años. La Convención de Ginebra establece la obligación de los Estados de brindar protección a los menores de 15 años involucrados en hostilidades de guerra. La convención internacional sobre los derechos del niño reitera la prohibición de reclutar menores de 15 años y el deber del Estado de tomar medidas para proteger a todos los niños afectados en el conflicto armado.
En las filas de las Farc permanecen más de 3.000 niños reclutados, un delito de guerra que sigue vigente y que a luces del derecho internacional debe ser castigado. El Estado Colombia ha incumplido desde la etapa de negociación, obviando, quizás sin intención o con ella, que al momento de suscribir Colombia la Convención Internacional sobre los derechos del niño, presentó una reserva ampliado la protección de 15 años a 18 años, convirtiendo toda disposición contraria, en inconstitucional.
El comunicado conjunto No. 70, quizás único instrumento que tiene actualmente el gobierno para exigir a Farc la entrega de menores de 15 años, constituye una prueba de que el Estado Colombiano incumplió su deber de proteger la integridad de los menores de 18 años víctimas del reclutamiento forzado. A las luces del derecho interno e internacional, las Farc tienen la obligación de devolver todos los menores de 18 años que actualmente se encuentran en sus filas.
La utilización de niños como arma de guerra es un delito grave que puede llevar a las Farc al pabellón de los acusados, solo basta mirar antecedentes similares en la República Democrática del Congo, para darse cuenta que la cárcel ha sido la herramienta que brinda justicia a los miles de niños obligados a combatir en las guerras, la Corte Penal Internacional ha sido clara en determinar que tanto el reclutamiento voluntario como el forzado constituyen un delito de guerra que no da cabida a la impunidad.
En paralelo a la Corte Penal Internacional, en Colombia también hay precedentes de cárcel para los responsables del reclutamiento infantil, en el proceso judicial de Justicia y Paz, diseñado para la desmovilización de los grupos paramilitares, se profirió una sentencia histórica contra Fredy Rendón Herrera, alias El Alemán, por el reclutamiento de al menos 109 menores de edad.
Es incierto aun a que miembros de las Farc se les juzgará por el reclutamiento de los más de 11.560 niños, o quizás no se le atribuya a ningún miembro, lo cierto es que mientras las Farc no devuelva a cada uno de los niños reclutados, el delito sigue vigente, y cruzar las puertas a una demanda ante la Corte Penal Internacional se vuelve cada vez más una opción para las miles de familias que esperan el regreso de los niños.
Los colombianos no queremos más cortinas de humo, el gobierno está advertido que con la entrega parcial de los niños reclutados no va apaciguar el clamor ciudadano. El regreso de todos los menores de 18 años debe ser inmediato. Aplaudimos la lucha contra la corrupción del fiscal, pero que no deje en el limbo la lucha por el regreso de los niños que siguen aún en cautiverio por las Farc.
Publicado: febrero 9 de 2017