El exilio de un león: La lucha de Luis Carlos Restrepo contra el poder santista

El exilio de un león: La lucha de Luis Carlos Restrepo contra el poder santista

En 2011, en el programa Yo, José Obdulio de Cable Noticias, Luis Carlos Restrepo definió a Juan Manuel Santos con estas palabras: “Es un traidor por excelencia. Un caballero sonriente que guarda el puñal bajo la manga”.

Juan Manuel Santos, tahúr y truhán, a quien los uribistas, en mala hora, convertimos en presidente en 2010, decidió emplear todo su poder como jefe del Ejecutivo para perseguir a quienes lo elegimos. Con una excepción: Luis Carlos Restrepo. A él lo persiguió, pero no por haberlo apoyado, sino por haberlo confrontado.

Restrepo vetó a Santos en el núcleo duro del uribismo, hizo lo imposible por bloquear su candidatura, pero nadie le prestó atención. Como director único del Partido de la U, al ver que todo estaba perdido y que Santos sería el candidato, renunció y se sumó como directivo e ideólogo a la campaña de Noemí Sanín.

Doy testimonio: Luis Carlos fue el único uribista que anticipó la catástrofe que representaría la elección de Santos, líder secreto del Foro de São Paulo y artífice del eje Santos-FARC-Petro que hoy tiene a Colombia al borde del abismo.

Santos, con sus mañas y su influencia en un poder judicial dominado por sus aliados —incluidos los cinco presidentes de la Corte Suprema de Justicia, condenados posteriormente por el “Cartel de la Toga”—, puso a la cúpula uribista en el cadalso.

¡A todos! Incluido el presidente Álvaro Uribe, a quien, mediante una guerra jurídica orquestada con colectivos de abogados y su “nuevo segundo mejor amigo”, Iván Cepeda, todavia lo mantiene distraido de su rol como líder de la oposición al petro-santismo, ocupándolo de lunes a viernes en una farsa judicial que lo reduce a “señor sindicado”. Gracias a Dios, Uribe no se arredra y ejerce  su labor como líder de la nación colombiana por las noches, más los sábados y domingos.

En el caso de Luis Carlos Restrepo, el santos-farc-petrismo le montó el proceso más ruin y retorcido imaginable, ¡con orden de captura incluida! Sus amigos le aconsejaron refugiarse en otro país, pues Santos, las FARC y los paramilitares lo devorarían vivo si lo tenían preso. Así lo hizo.

Ahora dicen que lo “absolvieron”. ¿Absolvieron? ¿De qué lo absolvieron, si nunca lo acusaron de nada que él pudiera haber cometido? Absolver implica declarar no culpable. Restrepo, como Alto Comisionado de Paz, gozaba de inmunidad por los actos y omisiones relacionados con sus funciones. Eso lo sabían Santos, la Fiscal General, los sucesivos fiscales y todo el mundo. Sin embargo, nadie detuvo ese desafuero. Mantuvieron una orden de captura contra el funcionario más transparente, honesto, inteligente, insobornable y estructurado intelectualmente durante catorce años. ¡No! ¡No lo absolvieron! Lo dejaron en paz, que es distinto.

¡Qué vergüenza!

Luis Carlos Restrepo, verdugo de los criminales de las FARC, el ELN y las AUC, fue acorralado por hienas implacables que lo persiguieron sin tregua durante catorce años. Como león indomable, soportó el asedio con inteligencia y fuerza, reaccionó, contraatacó y las venció. Porque, aun en inferioridad, el león siempre triunfa.

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