Cada semana surgen nuevas pruebas que comprometen a Armando Benedetti, quien, en lugar de ofrecer explicaciones, se limita a sonreír y a desafiar, lanzando apuestas en las que presume que en ningún caso se moverá un centímetro de la posición de poder que ocupa y que es fruto no de su talento ni de su inteligencia, sino de su monumental capacidad para extorsionar y chantajear.
Los corruptos de oficio como Benedetti , desprecian los cuestionamientos, minimizan las acusaciones y perseveran en su degradación moral, convencidos de que nada ni nadie los tocará.
¿Quién es el juez natural de Benedetti? En este momento la fiscalía general. Pero el grueso de los procesos en su contra empezaron en la sala de instrucción de la corte suprema, corporación encargada de investigar a los congresistas.
Hace pocas semanas se conoció un audio de Benedetti manifestando que tenía a la fiscalía a su servicio. En ese momento, aseguró que Gabriel Ramón Jaimes –otrora fiscal delegado ante la corte– le había asegurado que los procesos en su contra no avanzarían, como efectivamente sucedió.
Como las tropelías de Benedetti ya no sorprenden a nadie, el asunto pasó desapercibido para la sociedad.
Tampoco despertará mayor reacción el nuevo audio en el que un cínico Benedetti negocia con el abogado de una testigo en su contra el monto de un soborno, para impedir que ella colabore con la justicia mediante un principio de oportunidad.
La sobornada es Elsy Mireya Pinzón, una persona que sabe mucho, pues durante cerca de veinte años ejerció como secretaria de Benedetti Villaneda en el senado de la República.
Hace algunas semanas, el ministro petrista fue acusado formalmente por la sala de instrucción de la corte suprema por el desfalco a Fonade, operación que se perfeccionó con el concurso del oscuro empresario y testaferro de Benedetti, Juan Carlos Santofimio Vengoechea, hombre clave en buena parte de las operaciones de corrupción en las que ha intervenido el cuestionado funcionario del régimen colombiano.
Las pruebas son demoledoras, pero curiosamente, la mayoría de la sala –encabezados por el cuestionado Cesar Augusto Reyes Medina– decidió que Benedetti no fuera a la cárcel. La única togada que se opuso a esa absurda determinación fue la valiente Cristina Lombana quien, en su salvamento de voto dejó una constancia que hoy toma un gran valor, pues se concentra en la sospechosa decisión de sus colegas de no tener en cuenta las pruebas relacionadas con la participación de Elsy Mireya Pinzón en la trama criminal.
En pocas palabras, el soborno que Benedetti aparece negociando con el abogado de su antigua subalterna, surtió efecto.
En su salvamento de voto, la magistrada Lombana escribió que «…Armando Alberto Benedetti Villaneda requería mantener el control de la ejecución de la acción penalmente relevantes [el interés indebido en la celebración de contratos y el tráfico de influencias] al interior de Fonade, para lo cual sumó al plan criminal a Elsy Mireya Pinzón Barrera, miembro de su Unidad de Trabajo Legislativo, con la función de procurar su materialización».
Las evidencias indican que Benedetti pudo atracar a Fonade gracias a la participación muy activa de su subalterna y su lugarteniente, Juan Carlos Santofimio. Uno de los testigos del caso, Jorge Iván Henao aseguró bajo gravedad de juramento lo siguiente: «…días posteriores llega a mi oficina la señora Elsy Pinzón… se presenta como asesora del senador Armando Benedetti, llega acompañada de un señor que se llama Juan Carlos Santofimio… Efectivamente empiezan a visitarme a mi oficina a preguntarme si ya se logró algo [si el contrato ya fue firmado], si ya se pudo concretar algo…».
En definitiva, quien estructuró el desfalco fue la colaboradora de confianza de Benedetti, y por eso su silencio resulta crucial para el destino judicial del enjuiciado.
De acuerdo con los audios que se han conocido en las últimas horas, se oye al hoy ministro acordando con el abogado de Elsy Mireya Pinzón el pagó de $22 millones de pesos a cambio de que ella mantenga muy cerrada su boca.
Ese hecho, sin adornos ni eufemismos, encaja perfectamente en la figura penal de soborno de testigos. A Uribe, en cambio, lo tienen sometido a un juicio delirante por sospechas sin sustento, sin una sola evidencia, ni siquiera circunstancial.
En contraste, la grabación de ahora revela con total claridad la voz de Benedetti, con. Una intención inconfundible: negociar un pago para garantizar que una testigo no hable, bloqueando así el avance del proceso judicial.
En julio del año pasado, este portal reveló el funcionamiento del aparato corrupto al servicio de Benedetti en el seno de la sala de instrucción de la corte suprema. A través del accionar corrupto de tres magistrados: Reyes, Rueda y Rodríguez, se ha bloqueado que la justicia llegue hasta él. Los conocedores del funcionamiento de esa maquinaria ilegal, han acertado al denominar a esos magistrados como «la banda de las tres R», en referencia a que los apellidos de los tres togados comienzan con esa letra.
Una de las razones por las que un procesado debe ser privado de la libertad es, precisamente, porque pueda alterar las pruebas o manipular a los testigos. La nueva evidencia conocida indica que efectivamente Armando Benedetti sobornó a una persona para asegurar su silencio.
Dadas las circunstancias, y si se quiere rescatar algo del prestigio perdido de la justicia, los magistrados de primera instancia de la corte suprema están moral y legalmente obligados a librar, sin más demora, las ordenes de captura contra Benedetti, un personaje profundamente nocivo al que no se le puede permitir que continúe actuando con total impunidad en perjuicio de la sociedad colombiana.
Igualmente, la fiscalía tiene la obligación de ordenar la captura inmediata de Elsy Mireya Pinzón para que sea imputada y procesada por los crímenes que ha cometido, empezando por los más recientes: fraude procesal, enriquecimiento ilícito y concierto para delinquir. A esa señora hay que darle la oportunidad para que, cuando esté disfrutando del paisaje y del buen ambiente que se percibe en el Buen Pastor, retome su intención original de contar todo lo que sabe.
Publicado: mayo 20 de 2025