El “otro Nicolás”

El “otro Nicolás”

La delicadeza y asepsia respecto del dinero público no son una característica de los Petro que, más que una familia, proceden como una banda. En este caso una banda presidencial, y no se está haciendo referencia a la cinta con el tricolor lucen quienes ejercen la primera magistratura de la nación, sino a una estructura organizada dedicada a la comisión de delitos. 

En el saludo protocolario de su discurso de posesión, Petro se refirió a Nicolás (Petro Burgos) y “al otro Nicolás” (Alcocer). Su primogénito y su adoptado tienen el mismo nombre. Uno y otro, además de ser tocayos, han demostrado su afición por el dinero, no siempre bien habido. Al final del día, crecieron viendo a su padre, cual asaltante, empacando fajos en bolsas de plástico.

El Nicolás legítimo está metido en un lio monumental por sus relaciones con mafiosos de la talla del Hombre Marlboro y Alfonso, el turco, Hilsaca. Y el Nicolás acogido, ahora aparece vinculado en una serie de triquiñuelas con empresarios interesados en quedarse con más de $60 mil millones de pesos de la hidroeléctrica de Urrá, negociado en el que, como se ha denunciado, también está metido el oscuro presidente de Ecopetrol Ricardo Roa, sujeto que cree que por aparecer en reportajes propios de la prensa del corazón, abrazando a su novio y acariciando a un gato, logrará limpiar su asquerosa reputación. 

La andanza delictiva del otro Nicolás” es repulsiva. Según las primeras informaciones, el hijo natural de la mujer de Petro está concertado con un grupo de personas que intentan robarse decenas de millones de pesos, a través de reclamaciones fantasiosas, alegando un supuesto “desequilibrio financiero” en la ejecución de un contrato turbio con la hidroeléctrica de marras.

Con esa operación, los empresarios-amigos del hijastro presidencial, que no han cumplido en absoluto con el objeto del contrato suscrito hace casi 3 años, se han embolsado millones de dólares con la complicidad del interventor del proyecto que, oh sorpresa, resultó ser una ficha de todos ellos. Estamos ante un sancocho de corrupción en el que el cocinero es nadie menos que el vástago de la persona que hace las veces de primera “dama” de la nación. 

El caso le fue informado al saliente ministro de Hacienda Bonilla, a quien curiosamente le fue aceptada la renuncia no por las graves sindicaciones de corrupción que pesan sobre él, sino cuando trascendió que él había remitido a la fiscalía y a los organismo de control la denuncia que pone contra las cuerdas al “otro Nicolás”.

Tajante y perentoria debió ser la reacción de Verónica Alcocer: Petro, que es un tipo pusilánime que se deja chantajear -basta mirar el caso de Benedetti y Sarabia- debe hacer todo lo que esté a su alcance para que su hijastro pueda continuar llenando sus alforjas, y asegurando que la fiscal de bolsillo Camargo no haga nada frente a los hechos denunciados. 

El asunto no pasará a mayores. En la Casa de Nariño saben cómo manejar este tipo de situaciones que, para beneficio de ellos, estalló finalizando el año. Llegará la Navidad con su alegría, el país saldrá de vacaciones, y a mediados de enero del año entrante, cuando la gente vuelva a activarse, el caso haya pasado al olvido. 

Que el “otro Nicolás” esté tranquilo y continúe organizando sus vacaciones de fin de año. No sucederá absolutamente nada gracias a que él, así sea por adopción, es parte integrante de la familia-banda presidencial. 

@IrreverentesCol

Publicado: diciembre 9 de 2024

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