Desvergonzados

Desvergonzados

No hay mejor adjetivo para referirse a los cuestionados presidentes del Senado y de la Cámara de Representantes, Iván Name y Andrés Calle. Son unos desvergonzados. 

Nadie discute la presunción de inocencia de que gozan frente a las gravísimas sindicaciones que se han hecho en su contra, por parte de los articuladores de la mega operación de corrupción puesta en marcha por el gobierno colombiano.

Sneyder Pinilla, el encargado de entregarles a los presidentes de las dos células que integran al Congreso de la República, ha ratificado, bajo gravedad de juramento, los hechos ante la corte suprema.

Las evidencias contra Name y Calle son demoledoras. No les será sencillo evitar la confirmación de su culpabilidad, pero ese es un asunto que deberá debatirse en un juicio que se tendrá que desarrollar con respeto al debido proceso.

Pero el asunto, además de legal, es de estética. Resulta inaceptable que quienes encabezan las dos corporaciones de la rama legislativa de Colombia, carguen con semejante lastre. 

No tiene ninguna presentación que Name y Calle continúen ostentando las dignidades que obtuvieron el 20 de julio del año pasado y que, según lo denunciado por Olmedo López y Sneyder Pinilla, deshonraron al recibir el monumental soborno que les dio el Ejecutivo para que facilitaran la aprobación de la agenda legislativa.

La corte suprema colombiana, que es la encargada de investigar a los congresistas, no merece ningún respeto. 

La sala de instrucción es una guarida de malhechores en la que, con excepción de la magistrada Lombana, los magistrados manejan los procesos de manera asquerosa. 

Basta mirar la forma como el  togado Cesar Reyes y sus compinches han manipulado las investigaciones contra el delincuente Armando Benedetti, para confirmar el nivel de corrupción que impera en aquella sala. 

La corte conoció las pruebas contra Name y Calle hace más de un mes, y ni siquiera han sido llamados a indagatoria, siendo que ese tipo de diligencias -las indagatorias- son ante todo y sobre todo un medio de defensa. 

Los hechos deben ser aclarados cuanto antes. Los parlamentarios mencionados, que no han tenido el valor civil de ponerle la cara la ciudadanía, tienen, en su calidad de ciudadanos y de servidores públicos, que responder ante la justicia. 

Pero mientras se aclara el asunto, esos individuos, Name y Calle, deberían hacer una mínima exhibición de dignidad renunciando a los cargos que ocupan. Desafortunadamente, el grueso de los políticos cree que renunciar es morir un poco y por eso, como si de la vida misma se tratara, se aferran desesperadamente a sus empleos, sin importar las consecuencias ni el daño que le hacen a la institucionalidad.

@IrreverentesCol

Publicado: junio 6 de 2024