Según el DRAE, hojarasca significa conjunto de las hojas que han caído de los árboles; demasiada o inútil frondosidad de algunos árboles o plantas; cosa inútil y de poca sustancia, especialmente en las palabras y promesas.
Es difícil resistir a la tentación de considerar como tal, en cualquiera de sus acepciones, la palabrería altisonante del Profeta Apocalíptico que nos desgobierna.
De ello da muestra cabal el discurso que acaba de pronunciar en Münich (vid. Discurso del presidente Petro en Alemania ya le da la vuelta al mundo | RTVC Noticias – YouTube).
Alguno de sus malquerientes ha dicho en Youtube que parecía ebrio o drogado, pero no es tal lo que queda después de escucharlo. Más bien, como dicen coloquialmente en nuestra costa atlántica, quizás podría estar «sollado» (vid. definiciones – ¿Qué significa «sollado»? – Spanish Language Stack Exchange).
Como el personaje venido a menos de uno de esos tangos reos del «Negro Cele», da la impresión de que exhibe un «chamuyo…que sólo bate fulerías de cadáver ilusión». Vid. Nunca es tarde (Todavía estás a tiempo). Tango (todotango.com).
No obstante las pretensiones de su verba pintoresca, que flota en el aire como hojas que agita y se lleva lejos el viento, hay algunos enunciados sobre los que conviene detenerse porque muestran el trasfondo de un pensamiento que la gente del común no alcanza a aprehender, pero inspira acciones que terminarán afectándola en caso de atreverse a realizarlas.
Su leitmotiv es el augurio de la extinción de la vida sobre nuestro planeta por obra del cambio climático, afirmación que dice sustentar en predicciones de la ciencia.
Ya Montesquieu, Hume y Voltaire se habían pronunciado sobre la influencia del clima en las sociedades humanas, pero con otras consideraciones. Vid. La teoría de los climas en Montesquieu, Hume y Voltaire. (Un problema de gramática histórica del Siglo de las Luces) (redalyc.org). Las que ahora se difunden a guisa de pensamiento único se inspiran en predicciones aparentemente fundadas en el método científico, pero no exentas de aleatoriedad. El fenómeno del cambio climático es real, pero sus causas y proyecciones siguen abiertas a la discusión.
Nuestro Profeta Apocalíptico se apunta a la idea de una causa simple: los efectos deletéreos del neoliberalismo que, según él, campea desde hace unos cuarenta años. La economía de mercado, esto es, la fundada en la libre iniciativa individual y, por ende, en la propiedad privada de los medios de producción, es la gran responsable del drama ecológico al que nos vemos expuestos hoy por hoy. Por consiguiente, la gran solución radica en la economía pública, que el Profeta de marras concibe bien en función de la propiedad estatal, ora en la comunitaria, cualquier cosa que ello signifique.
El discurso de Münich descree de la organización mundial basada en las naciones y propugna la instauración de un Nuevo Orden Mundial (NOM) centrado en un poder único a escala planetaria que absorba las nacionalidades, aunque de índole democrática, también cualquier cosa que esto signifique. No hay que olvidar que la concepción de la democracia que alberga nuestro Profeta y Líder Galáctico no es liberal, sino jacobina, vale decir, tumultuaria. No es la democracia basada en el ejercicio reflexivo, libre y suficientemente informado de la ciudadanía, sino en los impulsos de la gleba, lo que Laureano Gómez llamaba el «inepto vulgo». Ya vimos el pasado 8 de febrero cómo se manifiesta ese mal llamado pueblo soberano.
Las ideas del que nos desgobierna pueden sonar disparatadas y hasta peligrosas, pero son las que animan su mala gestión y es necesario denunciarlas y combatirlas.
Hay que reiterar que no son progresistas, sino comunistas. Pero muestran algo más que la opinión pública no ha captado lo suficiente: su adhesión al globalismo que promueve una secta que obra tras bambalinas y ejerce un poder enorme sobre la humanidad entera. Nuestro Profeta es un peón de ese movimiento y por eso en el ámbito internacional se la da tanto juego. No son los intereses, las aspiraciones y las necesidades de la sociedad colombiana lo que está sirviendo, sino los de esa secta tenebrosa sobre la que hay muchísimo qué decir.
A mis lectores les sugiero que sigan de cerca lo que escribe Omar Bula Escobar al respecto.
A menudo he afirmado que el suyo es un proyecto totalitario y liberticida. Después de escuchar su perorata en Münich, me reafirmo en lo dicho.
Jesús Vallejo Mejía
Publicado: febrero 19 de 2024