Sin concertación, ni pío
Por: José Miguel Santamaría Uribe
Afortunadamente para los colombianos se ve cada vez más lejos la posibilidad que el Congreso apruebe las caóticas reformas de Petro, aunque le ha metido mucha mermelada a congresistas indignos. La verdad es que cada día hay menos ambiente.
Dicen que el hombre es un animal de costumbres. Parece que el pasado guerrillero de Petro le está pasando factura. Pensar que actuando a la fuerza y sin oír detractores puede sacar adelante sus caprichos en la civilidad como lo hacía cuando actuaba con un fusil en la clandestinidad.
Aunque ha habido días críticos en la Cámara de Representantes con la Reforma a la salud y el gobierno con toda su artillera ha logrado aprobar algunos artículos complicados y graves para el futuro de la salud, la realidad es que va a pasar bastante mutilada al Senado donde esperamos que le den cristiana sepultura. Sigo insistiendo en que para lograr consensos se necesita algo más que lengua y mentiras. Se necesita actitud y credibilidad.
La Reforma laboral en cambio empezó peor, la radicaron a escondidas para iniciar su trámite, ni los parlamentarios afectos al gobierno quedaron contentos con el tema, al paso que va todo se les va a caer. La Reforma pensional, que era la que tenía menos resistencia también se ve comprometida por cuenta del mal manejo de concertación y egolatría del presidente.
Por el lado de los procesos de paz el tema no es diferente. La paz total no ha despegado a pesar de conocer a muchos de las contrapartes y de tener ideas similares en muchos temas. En vez de ser panas yo creo que los grupos delincuenciales se han venido aprovechando de la ansiedad con la que el gobierno quiere cerrar a toda costa el proceso. Alguien decía que ningún grupo al margen de la ley cierra un proceso de paz con un gobierno con baja popularidad.
Es imposible que Petro logre acuerdos amplios y funcionales con los diferentes sectores de la ciudadanía. La razón es sencilla: el día menos pensado termina escribiendo un trino y hablando mal de quien necesita en la coalición. El poder de su twitter o X es mucho más poderoso y venenoso que su capacidad de lograr acuerdos.
Cuentan las malas lenguas que los consejos de ministros son un campo de batalla, tenebrosos. Son el único sitio donde los ministros terminan viendo al presidente y hablándoles así sea poco. Muchos hablan y opinan, pero al final la última palabra la tiene él. Nunca delega y tampoco le da valor a la opinión de los demás.
Es una falacia decir que se necesita acabar la regla fiscal para poder reactivar la economía y poder gastar más cuando lo ha venido haciendo desde su posesión. El problema es que mucho de ese gasto adicional no generó sino ruidos fiscales. Gastos como la congelación de los peajes o la disminución del SOAT no sirvieron para nada, pero sí acabaron con más de $2 billones de hueco en el Erario Público.
Nos salvamos que durante la pandemia no estuviese Petro de presidente, nunca habrían llegado las vacunas que salvaron tantas vidas. De hecho, el ministro de salud se declaró un antivacunas, imagínenselo administrando y comprando los lotes necesarios, muchos más colombianos habrían muerto.
Al final como la concertación no es el fuerte de Petro, menos la comunicación, este gobierno pasará a la historia como el más corrupto e ineficiente de todos los tiempos.
Publicado: diciembre 4 de 2023