Aunque existe un consenso de la mayoría de los colombianos por el éxito de las elecciones del 29 de octubre y la derrota o voto castigo a Petro, esto es solamente una batalla, la guerra continúa y, querámoslo o no, las elecciones dejaron un gran nubarrón en el horizonte.
Lo primero que debemos entender es que las elecciones presidenciales son muy diferentes a las regionales. El modo de votar es distinto, así como las motivaciones del voto. Éste depende de cacicazgos regionales y de líderes que en su mayoría no tienen ninguna incidencia en el voto de la presidencia.
En las elecciones regionales el voto de opinión se circunscribe únicamente a un sector de las grandes ciudades, el resto del voto no tiene ideología, es maquinaria pura y dura.
Como lo he dicho en muchas oportunidades, una gran mayoría de los congresistas tienen un doble discurso, el de las elecciones de octubre, en contra del gobierno, criticando sus políticas y, por otro lado, sentados en el Congreso apoyando las reformas del gobierno. Es por eso que no tengo dudas que muchos de los elegidos a gobernaciones y alcaldías terminarán el año entrante plegados a Petro a cambio de unas monedas. Petro puede convertir una gran derrota en un triunfo.
El problema de fondo es que el político de carrera, es como un perro viejo, late echado, así pertenezca a uno u otro partido político, no tiene ideología, lo que tiene es maquinarias que les trabajan en las regiones que toca aceitar con puestos, contratos y dádivas, y para esto necesita del gobierno central.
La mayoría de los entes regionales, los municipios y muchas gobernaciones no son viables económicamente. Necesitan del presupuesto nacional para sobrevivir. Ahí es donde Petro puede voltearlos a su favor.
Los colombianos tenemos que estar muy atentos, a que no nos negocien nuestro voto, que los elegidos con nuestro voto que fue castigo al gobierno, no termine respaldándolo.
De todas maneras tenemos la ventaja de que el principal enemigo de Petro, es Petro, él ha logrado reunir a su alrededor a unas personas demasiado incompetentes y sin experiencia que hasta ahora no han podido hacer nada de lo que él quiere hacer. Es más, cada vez que cambia un ministro, nombra uno menos competente. Esperamos que siga así. Esto nos ayudará a salvaguardar la democracia.
Haciendo un barrido de las elecciones, no todos los elegidos son de los clanes políticos tradicionales, en unas ciudades ganó el voto de opinión como en Bogotá con Galán, o en Cali con Eder, pero tambien ganaron algunos outsiders que pasaron por encima de los clanes regionales. El caso de Santander es atípico: ganó la gobernación un ex general, Juvenal Días Mateus, y la alcaldía de Bucaramanga, el pastor Jaime Beltrán Martínez.
Desafortunadamente, en otros lados la politiquería terminó afianzándose por cuenta de mantener el poder. Ese es el caso de Cundinamarca donde la hegemonía de un clan perverso que lleva más de 20 años manejando el departamento se mantuvo. El hecho de haberse lanzado por Colombia Renaciente, partido cercano al gobierno, así tenga más de 12 coavales donde están Cambio Radical o Creemos le da la vía libre para acercarse a Petro.
La próxima batalla será en el 2026, las elecciones de Congreso: vayámonos preparando.
Publicado: noviembre 6 de 2023