Las declaraciones enfervorecidas de Gustavo Petro justificando la masacre de civiles a manos de la banda islamista-terrorista Hamas, reflejan el desproporcionado nivel de fanatismo de quien conduce los destinos de Colombia.
Sus desafortunadas declaraciones delatan una infinita ignorancia respecto de la historia árabe y del pueblo judío. Pareciera que el señor Petro nutre su intelecto leyendo las pornonovelas publicadas por su compinche Gustavo Bolívar.
Dado que quien encabeza la política exterior colombiana carece de la suficiente ilustración respecto del asunto entre manos, bien valdría la pena que en sus escasos momentos de sobriedad se imbuya en la lectura de libros que pueden brindarle información útil. Podría empezar por la lectura del tratado publicado por el profesor británico Eugene Rogan, Los Árabes, obra que recoge la historia desde el imperio otomano hasta la actualidad. La Historia Mínima de los Árabes, del también británico John McHugo, puede ayudarle a salir del inmundo hoyo de ignorancia en el que está atrapado el mandatario colombiano.
Lo cierto es que Petro, que ha resuelto trazar una nueva política exterior de Colombia -alineándose con Estados promotores del terrorismo como Irán y Corea del Norte- a través de trinos redactados con errores ortográficos, ha cruzado una delicada línea al fijar una posición favorable a los intereses de los sanguinarios que atacaron a Israel, asesinando a centenares de civiles, secuestrando a personas inocentes -entre ellos a un bebé de seis meses-. Preocupante que el jefe de Estado colombiano justifique a unos depravados que violaron mujeres que luego fueron asesinadas y sus cadáveres profanados. Petro está del lado de los integrantes de una banda terrorista que difunde videos de sus integrantes defecando y orinando sobre los cuerpos inertes de sus víctimas.
Frente a la brutalidad de los genocidas no puede haber equidistancia. Expresiones exculpatorias son, de suyo, un fracaso ético.
Los colombianos son los que terminan pagando las consecuencias de la estolidez de su presidente. No se trata de un sádico publicando estupideces en una red social, sino de la palabra de quien fija los parámetros de la política internacional de un país.
Es evidente que Israel tiene problemas más graves por atender, pero seguramente las actuaciones de Petro no quedarán impunes. Que nadie se extrañe si la ruptura de relaciones bilaterales es la secuela de la infame actitud de Gustavo Petro.
Publicado: octubre 11 de 2023