El fiscal Francisco Barbosa no se ha mostrado temeroso a la hora de adoptar decisiones. En vez de voltear la mirada, o de pasar de largo frente a casos de altísima complejidad política, ha tenido el valor de cumplir con el deber que le fue delegado cuando la corte suprema lo eligió, hace más de tres años y medio.
Las evidencias contra Nicolás Petro Burgos son demoledoras. Su ex esposa, además de ser su cómplice, se convirtió en su delatora. Raudales de dinero empacado en maletines circulaban por la casa del primogénito del presidente de Colombia.
El origen oscuro de esos fondos permite concluir, sin espacio para las dudas, que quienes los entregaron esperaban beneficios y prebendas del gobierno nacional. Hampones como Ilsaca o el temible ‘Hombre Marlboro’ no son filántropos; son hombre de negocios que no tienen la costumbre de entregar miles de millones de pesos por generosidad. Es evidente que los maletines despachados al apartamento de Petro Burgos tenían un propósito: comprar a la tal “familia presidencial”, que más parece una “banda” presidencial.
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La determinación de la Fiscalía de Barbosa, luego de evaluar las evidencias, además de perjudicar al gobierno socialcomunista, debió desatar la ira santa de los delincuentes que compraron a Petro a través de su hijo mayor, ese mismo que él -Petro- ahora niega al decir que no participó de su crianza.
La captura de Petro y de su ex pareja dañó muchos negocios criminales. Hay que ser muy ingenuo para creer que el capturado solamente tuvo tratos oscuros con Ilsaca y Lopesierra. A partir de ahora empezará a conocerse la lista de delincuentes con los que el “hijísimo” hizo tratos y a los que les recibió dinero en efectivo.
En febrero del año entrante Barbosa terminará su periodo. Dejará una peligrosa recua de enemigos que querrán ajustar cuentas con él, empezando por el presidente Petro, cuyo origen terrorista es imborrable, continuando con los criminales a los que les cayó el peso de la justicia durante esos cuatro años, y terminando con los socios del gobierno nacional cuyas cuotas de ingreso eran cobradas por el hijo mayor del mandatario.
En aras de proteger su vida y la de su familia, el doctor Barbosa Delgado no tendrá alternativa distinta a la de empacar sus pertenencias y salir de Colombia cuando culmine su periodo como Fiscal General de la Nación.
Publicado: julio 31 de 2023
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