En los años 60 del siglo pasado, cuando empezaban a darse las primeras focalizaciones guerrilleras en la región del Pato y el río Guayabero, en el senado de la República el inmolado líder conservador, Álvaro Gómez Hurtado, denunció que, por cuenta del abandono estatal y la falta de presencia efectiva del Estado, en esa zona del país estaban gestándose pequeñas repúblicas independientes.
Aquel señalamiento del jefe conservador fue atendido por el gobierno de la época que ordenó la planeación y ejecución de un plan militar para contener a la guerrilla. han pasado casi 60 años desde aquel episodio y aún en algunos círculos académicos y periodísticos hay quienes lo recuerdan.
Hace unos meses, cuando en el Congreso de la República se discutía el asunto fundamental de las zonas de ubicación temporal en los que deben ser recluidos los miembros de la guerrilla previa su desmovilización, el Centro Democrático promovió una constancia que fue suscrita por todos los partidos políticos con asiento en el Congreso para efectos de dejar en claro que el espíritu del legislador era el de establecer unos espacios geográficos que fueran utilizados única y exclusivamente para hacer la transición de la ilegalidad hacia la legalidad.
Las zonas veredales
Hace pocos días se dio a conocer el acuerdo entre el gobierno y el terrorismo para efectos de concentrar a los delincuentes antes de su desmovilización. Se habla en el mismo de 23 zonas veredales y 8 campamentos, sin que se hubiera aclarado puntualmente cuál es el objeto y propósito de éstos últimos (Ver: “Colombia Despejada”).
El anuncio de la creación de esas zonas, inmediatamente hizo que el país recordara las monstruosidades que se cometieron por parte de la guerrilla durante los temibles años en que el expresidente Andrés Pastrana le entregó a las Farc más de 40 mil kilómetros cuadrados del territorio patrio y en los que “Tirofijo” y sus secuaces ejercieron como amos y señores. Aquella zona de despeje se convirtió, en la práctica, en un país independiente gobernado por forajidos de la peor calaña que establecieron campos de concentración de secuestrados, inundaron los campos con cultivos ilícitos, mientras fortalecían su capacidad terrorista para intimidar a la sociedad colombiana.
No existe una sola razón por la cual deba creerse en la buena de fe dela guerrilla. No se trata de una organización social con ideología política. Las Farc con las que habla animadamente Juan Manuel Santos es una banda que desde hace 20 años está dedicada exclusivamente a la fabricación y tráfico de cocaína.
Sospechas fundadas
En las últimas horas, ha trascendido un video en el que aparece un jefe terrorista de las Farc en plena labor de adoctrinamiento de sus tropas, explicándoles los alcances del acuerdo sobre concentración de tropas que se acaba de suscribir en Cuba.
En palabras del cabecilla criminal, “las zonas francas de paz son ‘coestados’, ‘cogobiernos’; un Estado dentro de otro Estado. Pequeños Estados revolucionarios, Estados socialistas dentro de un Estado capitalista. Tenemos que demostrarle al mundo y al pueblo colombiano que ese modelo que nosotros vamos a implementar en esas zonas es mejor que el modelo de ellos. Eso lo tenemos que demostrar con hechos prácticos y no con carreta. Entonces, tenemos que prepararnos camaradas es para gobernar. Para hacer gobierno y para hacer gobierno se necesitan cuadros. Por eso las armas las vamos a tener hasta que se cumpla lo pactado”.
Un jefe de las Farc les dice a sus hombres que las zonas veredales serán Estados dentro del Estado.
Queda claro que las Farc están preparando a sus integrantes para como ellos mismos dicen, “cogobernar”. Ahora bien, luego de ver el video que fue interceptado por miembros de la inteligencia de la Armada Nacional, se demuestra que el presidente Santos ha mentido nuevamente. Y esta vez de manera muy grave: ha entregado 23 repúblicas para que las Farc establezcan allí sus “coestados”, como las que hace décadas denunció Álvaro Gómez y que el Centro Democrático intentó evitar con la constancia que se aprobó en el Senado hace algunos meses.
@IrreverentesCol