Orígenes del gobierno de transición

Orígenes del gobierno de transición

El planteamiento hecho por el jefe narcoterrorista alias Timochenko el día de la firma del acuerdo con Santos en el Teatro Colón de Bogotá, sobre la implementación de un gobierno de transición que le dé continuidad al pacto de La Habana no es algo nuevo. Al contrario: ha sido una demanda histórica de la guerrilla en la que estuvo trabajando denodadamente el cabecilla terrorista alias Raúl Reyes antes de su muerte en el marco de la operación Fénix que tuvo lugar en marzo de 2008.

La persona que más avanzó en ese propósito fue la dirigente comunista y exsenadora del Polo Democrático Gloria Inés Ramírez quien insistió ante el secretariado de las Farc que cualquier acercamiento o negociación con el Estado colombiano debía desembocar en un “gobierno de transición”.

Desde la época en que las Farc tenían campos de concentración de secuestrados en distintos puntos de las selvas colombianas y buscaban la manera de lograr el denominado “intercambio humanitario” con el gobierno del presidente Uribe, los cabecillas guerrilleros estaban enfocados en lograr que ese eventual acercamiento abriera la puerta hacia un gobierno de transición.

La primera acción concreta ocurrió durante la época de los diálogos con Andrés Pastrana cuando Alfonso Cano en la plaza central de San Vicente del Caguán, ante 30 mil personas, presentó al Partido Comunista Clandestino organización que se encargaría de articular el plan estratégico de las Farc adoptado en 1993 tendiente a la toma del poder.

En su momento, el jefe terrorista alias Mono Jojoy  aseguró que “vamos a crear las condiciones para hacer el primer congreso constituyente que es el partido comunista clandestino, dirigido por las Farc y organizado para hacer la revolución. Un partido para la guerra, un partido que participe en todas las formas de lucha…”.

Para nadie es nuevo que las Farc, desde comienzos de la década de los 80 del siglo pasado le apostaron el todo por el todo a la fórmula macabra de la “combinación de todas las formas de lucha”, creando un mejunje fatal para la democracia colombiana. Así, el desaparecido jefe criminal alias Jacobo Arenas desde el cambuche denominado “Casa Verde” ideó y lanzó a la Unión Patriótica, estructura política que hacía proselitismo mientras las Farc disparaban y atentaban contra la población civil en las regiones en las que la UP buscaba votos.

Con el Partido Comunista Clandestino quisieron repetir el experimento, esta vez de manera clandestina y los resultados fueron muy positivos para la guerrilla que está a punto de convertirse en la fuerza que cogobernará a Colombia a partir de 2018 en el “gobierno de transición” que buscarán imponer a la fuerza.

Algunos escépticos aseguran que la guerrilla no tiene la fuerza para ganar las elecciones presidenciales. Los hechos recientes demuestran que si bien es cierto más del 90% de la sociedad colombiana repudia a la guerrilla, aquello no ha impedido que ésta se salga con la suya. A pesar de que perdieron el plebiscito del 2 de octubre, pusieron a sus estructuras a marchar en algunas ciudades de Colombia para presionar a Santos quien, sin ningún problema violó el resultado democrático al imponer un supuesto nuevo acuerdo desconociendo el sentimiento de quienes votaron en contra de las prebendas que él le concedió a los terroristas.

Aunque el pueblo mayoritariamente vote en contra de los intereses de la guerrilla, la decisión autoritaria de Santos y Timochenko es la de imponer a la brava sus planes políticos.

Una vez firmado el acuerdo que garantiza impunidad total a las Farc y elegibilidad política lo que sigue es el establecimiento del gobierno de transición que alias Alfonso Cano empezó a delinear desde los tiempos del Caguán y en cuya implementación desde hace muchos años han venido participando comunistas de gran importancia como la exsenadora Gloria Inés Ramírez quien seguramente será una figura clave a partir de los próximos días en los que las Farc designarán a sus senadores y representantes con voz pero sin voto que dirigirán todo el proceso de reglamentación de los acuerdos en el Congreso de la República. Al fin y al cabo, la señora Ramírez es de las pocas personas que conoce en detalle exactamente qué es lo que quieren los terroristas de las Farc.

@IrreverentesCol