Desde que el virus maldito del narcotráfico empezó a invadir a Colombia, no son pocas las ocasiones en las que la justicia le ha lanzado salvavidas a los mafiosos.
Durante el gobierno de Cesar Gaviria, se llegó a extremos inauditos. El Estado, estuvo a punto de declarar su rendición ante Pablo Escobar.
Un ministro de justicia de Gaviria de ingratísima recordación, Jaime Giraldo Ángel diseñó un paquete normativo que favoreció brutalmente a la mafia. Aquel episodio fue conocido como la era de los ‘narcodecretos’.
Aunque la mafia pudo comprar a miles de jueces, otros no se rindieron y prefirieron arriesgar sus vidas. Colombia aún está en mora de rendirle homenaje sincero a dos ministros de Justicia que, en el momento más difícil de la expansión del narcotráfico, se mantuvieron firmes en la denuncia y persecución de los carteles: Rodrigo Lara y Enrique Low Murtra, ambos baleados cobardemente por orden de Escobar.
Nariño es uno de los departamentos más azotados por el narcotráfico. Tumaco, en la costa del Pacífico, es el municipio del mundo con mayor número de metros cuadrados con cultivos ilícitos. La violencia y el desgobierno son los rectores de esa ciudad que día a día registra muertos, niños reclutados forzosamente y una ausencia absoluta del Estado. En Tumaco, gobierna la coca.
Una de las decisiones más importantes adoptadas por el gobierno del presidente Duque fue la de retomar la fumigación de cultivos ilícitos. La mafia reaccionó violentamente, estimulando las jornadas de terror y violencia que se están registrando en distintas regiones del país.
Y como si aquello no fuera suficiente, a través de una acción de tutela, los narcotraficantes lograron que el tribunal superior de pasto acaba de ordenar la suspensión de la erradicación de coca en las denominadas zonas ancestrales.
Una vulgar narcodecisión que favorece a los mafiosos. Si en Colombia aún queda algo de justicia, ésta debería proceder de inmediato a investigar a los integrantes de la sala penal del tribunal de Pasto que le hicieron semejante favor al narcotráfico.
En virtud de ese fallo mafioso, el Estado no podrá erradicar las miles de hectáreas sembradas con coca en los municipios de Tumaco, La Tola, Francisco Pizarro, Magüí Payán, Santa Bárbara, El Charco, Barbacoas, y Olaya Herrera.
Según el ‘SIMCI’ -mecanismo de medición de cultivos ilícitos de la ONU-, en 2019 Nariño tenía 37 mil hectáreas cultivadas con coca.
Este año, las autoridades habían avanzado tremendamente en la erradicación en Nariño. En los dos primeros meses de 2021, más de 8 mil hectáreas fueron eliminadas, golpe que tenía en jaque a las estructuras dedicadas al procesamiento y tráfico de clorhidrato de cocaína.
Así que la decisión del tribunal superior de Nariño, les cayó del cielo a los narcotraficantes que, a partir de ahora, podrán continuar inundando al sur del país con las plantas de las que sale la materia prima para el procesamiento de sustancias alucinógenas.
Habrá que investigar cuántos millones de argumentos recibieron los magistrados que adoptaron esa decisión. La justicia colombiana, pero también la de los Estados Unidos, tienen la palabra.
Publicado: mayo 12 de 2021
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