LOS IRREVERENTES. ¿Usted cree que hay disposición del gobierno para no sólo oír sino también para incorporar las propuestas que tienen los voceros del NO en aras de cambiar los aspectos del acuerdo que fueron rechazados por los colombianos?
ALEJANDRO ORDÓÑEZ. El Presidente de la República prometió que los colombianos tenían la última palabra. Lo dijo y lo repitió hasta la saciedad durante los dos últimos años. Ahora le corresponde honrar su palabra, cumplir su promesa. Debe respetar la voluntad popular manifestada en el plebiscito y acatar la decisión de los colombianos.
Las Farc deben entender que el país les dijo no y que no es no. Y Santos debe aceptar que su responsabilidad es representar a los colombianos, no a las FARC.
La prioridad de los del NO y de los del SÍ debe ser un Acuerdo Nacional. Lo propuse hace dos años para evitar precisamente este escenario de factura del país. Se necesita un Acuerdo, pero no restringido a la élite criminal de las FARC y a la que representa Santos, sino abierto a todos los colombianos. Antes de renegociar con las FARC, se debe concertar con la sociedad colombiana.
L I. LOS IRREVERENTES pudieron confirmar que el Gobierno no está dispuesto a aceptar ninguna modificación que toque a la JEP, a lo acordado en materia de elegibilidad y algunos asuntos sustantivos del capítulo agrario del acuerdo. Así las cosas, ¿la mesa de conversaciones integrada por el gobierno y la oposición no se convierte en un escenario inane y carente de sentido?
A O. Todo indica, hasta ahora, que el gobierno quiere aparentar que escucha, pero no está interesado realmente en oír. Santos habla de «precisiones y ajustes», pero los colombianos le dijeron no a asuntos de mucha trascendencia, no a puntos, ni comas, menos a cuestiones cosméticas. Esto no es cuestión de retoques, como dijo el doctor Álvaro Leyva, sino de cambios que garanticen que los colombianos digan unidos sí. Por supuesto, los cambios implican un nuevo Acuerdo, pero retomando cosas positivas de lo convenido en La Habana, por ejemplo, el compromiso del Estado de garantizar la vida y la integridad de los miembros de FARC que se sometan a la justicia y abandonen definitivamente la violencia.
Hay una cosa que no se puede pasar por alto: quienes votamos NO tenemos la obligación de trabajar por un Acuerdo Nacional que permita que un nuevo pacto con las FARC tenga en cuenta la voz de las mayorías: no dar el derecho a gobernar a Colombia a criminales de lesa humanidad, reclusión para los responsables de crímenes atroces, que no se exalte el crimen, que no se ponga en peligro la familia, ni a nuestros niños, entre muchas otras.
L I. El señor expediente Uribe ha propuesto que las deliberaciones y reuniones entre gobierno y voceros del NO se realicen en público para evitar las tergiversaciones por parte de los representantes del gobierno. ¿Está usted de acuerdo con esa iniciativa de Uribe?
A O. Mire, debemos buscar la mejor fórmula para que el trabajo dé resultados. En el gobierno, como es característica del señor Santos, son expertos en manipular la información y mentir. El gobierno debe asumir con seriedad y transparencia este diálogo y no jugar con cartas marcadas. La indignación del Presidente Uribe la comparto plenamente. El cinismo de quienes perdieron en las urnas se ha traducido en una campaña de difamación y de desprestigio del resultado del plebiscito que solo tiene una explicación: están preparando una leguleyada para hacerle conejo al país. Repito, estamos a tiempo para que el Gobierno corrija y permita un Acuerdo Nacional.
L I. ¿No es hora de hacer un alto en el camino, hacer que el gobierno entienda que el acuerdo ya no existe, que hay que hacer uno nuevo y para tal efecto que se haga un gran pacto nacional por la paz que se encargue de redactar la integridad de un nuevo acuerdo?
A O. Precisamente, el Gobierno tiene que reflexionar. Ahora con el aliciente del premio Nobel de La Paz, ya asegurado, el presidente debe percatarse que debe actuar con prudencia y buen juicio. En vez de insistir en una estrategia de división del país, debe buscar el mayor consenso. Eso no lo puede hacer desconociendo el liderazgo de los Ex-Presidentes Uribe y Pastrana o la voz que nosotros representamos. Estamos listos para un Acuerdo Nacional sobre la base de respetar y acatar la voluntad popular, el problema para el Presidente y las FARC es que quieren burlarla.
L I. ¿Qué propuesta tiene usted para lograr que el cese al fuego se mantenga?
A O. Llevamos más de un año en cese bilateral disfrazado y ha funcionado sin la ONU, sin los protocolos que hacen parte del Acuerdo redactado en La Habana. El cese hay que mantenerlo en las mismas condiciones, que no nos vengan ahora a decir que antes sí se podía y que ahora no. Ahora, si se puede contar con la ONU y aplicar protocolos ya acordados con las FARC, magnífico. En todo caso, que quede claro: ¡si se rompe el cese es por decisión del presidente Santos, no por la decisión que tomaron los colombianos en las urnas! Los que votamos NO, lo hicimos para que La Paz quedara bien hecha, no para someternos al chantaje del Gobierno de romper el cese para adjudicar a las mayorías en el plebiscito la responsabilidad de la violencia. Una última cosa: que el Presidente comprenda que esta es una oportunidad que no podemos perder. ¡Dios lo ilumine y siga iluminando a esta patria!
@IrreverentesCol