Carrascal sin contrato
A comienzos de esta semana, LOS IRREVERENTES revelaron que la activista del petrismo María Fernanda Carrascal a mediados del mes de agosto había suscrito un contrato con la Agencia Nacional de Tierras el cual tenía una cláusula que obligaba a la contratista a “responder por sus actos u omisiones en ejecución del contrato, cuando con ellos cause perjuicios a la administración o a terceros”.
Carrascal, que se vale de las redes sociales para increpar, injuriar y calumniar a diferentes personas, tal vez no conocía la cláusula mencionada, razón por la que, tal y como pudo establecer este portal, fue llamada por la administración de la Agencia Nacional de Tierras, entidad que tenía el firme propósito de cancelarle anticipadamente el contrato.
Carrascal toma la iniciativa
Antes de que la Agencia le notificara su decisión, Carrascal presentó una carta solicitando formalmente la cancelación del contrato, poniéndole fin, por ahora, a una crisis que se había desatado pues para muchos periodistas que han sido objeto de los insultos de la joven twittera resultaba inexplicable que una entidad del Estado colombiano le pagara a una persona para que se dedicara a increparlos a través de las redes sociales.
Lo que sigue
Quedan muchas dudas por resolver respecto de aquel contrato. ¿Por qué el doctor Miguel Samper, director de la Agencia Nacional de Tierras decidió contratar a una persona que ni siquiera ha podido culminar sus estudios universitarios para una gestión que bien podría realizar alguien con título? La duda toma relevancia luego de que se conociera que Samper y Carrascal son socios en el proyecto de democracia digital denominado “SeamOS”, hecho que genera suspicacias. Así mismo, ¿el doctor Samper le dio la orden a Carrascal de que atacara en redes sociales a sus malquerientes y contradictores políticos? ¿Para eso se está utilizando el dinero de la República?
Pero a la historia del contrato de María Fernanda Carrascal aún le falta un capítulo por escribir. LOS IRREVERENTES continuarán investigando este asunto que, como escribieron esta semana puede llegar a ser una nueva versión del caso “Tocarruncho”. (Puede leer “La nueva Tocarruncho”).
La pregunta de la discordia
Mucho malestar generó en los opositores de los acuerdos alcanzados entre el gobierno Santos y la banda terrorista Farc el hecho de que el Congreso de la República le hubiera dado vía libre al plebiscito sin que se conociera la pregunta que se les va a formular a los colombianos en la votación del próximo 2 de octubre.
Aprobado el plebiscito, el gobierno hizo público el texto de la pregunta: “¿Apoya usted el acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera?”.
La pregunta genera malestar. Por ninguna parte se les inquiere a los ciudadanos si están de acuerdo con que los terroristas queden impunes y que puedan ser elegibles. Tampoco se pregunta si los ciudadanos quieren que en Colombia haya dos sistemas judiciales de manera indefinida o que los capos de las Farc no vayan a ser extraditados.
Pero uno de los aspectos que mayor incomodidad ha producido es el hecho de que la pregunta no mencione con nombre propio a la banda terrorista Farc.
Los lectores se pronuncian
A través de twitter, los lectores de LOS IRREVERENTES plantearon sus propuestas sobre la manera como debió haber sido redactada la pregunta que se formulará en el plebiscito. Como se nota, la mayoría de nuestros lectores coinciden en que se debió incluir el nombre de las Farc en la pregunta:
El crimen de las Farc