Un trino del profesor y arquitecto Camilo Ospina (@cospinacas), definió en trino sin necesidad de convocatoria de sabios o estudios lo que puede estar sucediendo en la sociedad colombiana: “lo que ocurre en Colombia es LA ANOMIA SOCIAL, pero como la palabreja es bien extraña, aún no se han dado cuenta que ese es el único problema, falta de autoridad del gobierno y falta de respeto por las normas sociales de la llamada ciudadanía, leyes que no importa que existan.”
El maestro Émile Durkheim, sociólogo y filósofo francés, incorporó en su obra La división del trabajo en la sociedad (1893) el concepto de anomia: incapacidad de la sociedad (Estado) de integrar y regular la conducta de los individuos a través del establecimiento de las normas. En Colombia se alteró el concepto de norma, regla, ley, ordenamiento jurídico y Constitución Política, lo que nos ha llevado a un estado de hechos y situaciones anárquicas que están empujando a la misma sociedad a un estado superior donde cada quién, cada líder o institución democrática pretende imponer su norma sobre los demás.
En Colombia se perdió el sentido e importancia de autoridad y orden. Se perdió porque actores políticos, académicos, sociales y de opinión han minado la importancia de estos dos conceptos por equipararlos con principios ideológicos y políticos que encarna el Centro Democrático y la derecha política, pero especialmente por identificarlos con el expresidente Álvaro Uribe. Sin autoridad y orden es imposible la construcción o avance de cualquier sociedad civilizada: autoridad y orden son elementos básicos para el buen funcionamiento del Estado y de la misma sociedad.
Durkheim, tenía claridad sobre importancia de estos elementos: “Durkheim define a la sociedad como el conjunto de sentimientos, ideas, creencias y valores que surgen a partir de la organización individual a través de este tipo de grupo y que tiene una existencia diferente y superior a cada uno de sus miembros, es decir, que existe gracias al grupo, pero no está en ninguno uno de ellos de forma individual. Según Durkheim, dicha sociedad cumple dos funciones: la integración y la regulación; cuando la segunda no es ejercida adecuadamente los individuos se encontrarán en una situación de anomia.”
Está claro que nadie quiere cumplir con la mínima norma de convivencia ni en la casa, colegio, comunidad, o lugar donde compartimos con los demás individuos. Si un ciudadano parquea su vehículo en un lugar el cual sabe con claridad y entendimiento que está prohibido por norma parquear y lo hace, es un ciudadano que contribuye con ese acto al deterioro del orden social, y si una autoridad de transito o la administración municipal, encargados de ejercer autoridad a través del cumplimiento de la norma, no hacen lo debido en ejercicio de su responsabilidad y en cumplimiento de sus deberes por evitar que ese ciudadano no se parquee en lugar prohibido aplicando con rigurosidad la norma y la autoridad, también esta contribuyendo con ese acto al deterioro del orden y de la autoridad.
Son tal vez infinitos los ejemplos que podríamos dar donde el ciudadano desarticula minuto a minuto las estructuras fundamentales de la sociedad y del Estado. Esos hechos nos tienen en este estado de anomia, de caos, de anarquía urbana, de desmadre total.
¿Quién podrá recuperar el orden e instaurar autoridad para frenar este estado de aniquilamiento social al que nos quieren llevar los ciudadanos y el mismo Estado?
Publicado: octubre 1 de 2019
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