Hace unos días mi amigo Rodrigo Díaz Granados me contó que fue a misa y que salió molesto porque no hicieron más que hablar de paz. Yo no pude evitar reírme y tomarle el pelo – obvio que en misa tenían que hablar de paz ¿De qué más esperaba que hablaran? – a lo que Rodrigo me respondió que la palabrita paz lo tiene aburrido y que la siente como un martillazo en la cabeza cada vez que la mencionan.
Es cierto que han venido abusando de la palabra paz. Esa palabra que hace unos años nos hacía soñar con un mejor futuro hoy nos choca porque lograron convertirla en la excusa perfecta para arrodillar a todo un país frente a un comparativamente minúsculo grupo de terroristas y criminales de lesa humanidad.
Yo he hecho el ejercicio de preguntarle a los que están en pro de votar por el “SÍ” en el plebiscito que, si estarían de acuerdo con que el violador de sus hijas no pagase un día de cárcel. La respuesta siempre es un rotundo “no”. Qué paradójico es que no estén de acuerdo cuando son sus hijas, pero estén dispuestos a que los violadores de las hijas de otros salgan impunes. ¿Será que unas hijas valen más que las otras?
El gobierno insiste en que esos son los sapos que nos tenemos que tragar para vivir en paz. Perfecto, traguémonos ese sapo, pero necesito que alguien me explique por qué esos criminales de lesa humanidad que no van a pasar un día en la cárcel van a regir los destinos de nuestro país.
Esta semana cerraron el proceso de la negociación con las Farc. Al momento de escribir estas líneas no había certeza de cuantas curules directas les van a otorgar a esos criminales de lesa humanidad. A pesar de que en repetidas ocasiones Juan Manuel Santos nos mintió (en nombre de la paz) y nos aseguró que no habría curules directas, hoy la discusión es de cuantas van a ser. Las malas lenguas hablan de 10 curules para el 2018.
Me encantaría saber a quienes representarán esos futuros honorables congresistas, ¿a los bandidos? ¡Auxilio! No sé cómo tragarme ese sapo.
Para justificar todos estos oprobios abusan de la palabra paz. Y así como James Bond tenía licencia para matar, la Paz 007 tiene licencia para todo, inclusive entregar a todo un país al terrorismo.
Personajes como Armando Benedetti y Roy Barreras salen por todos los medios a decirnos que es un día de júbilo porque se acabó la guerra. Sin embargo, yo dudo seriamente que la guerra se haya acabado. Las Farc no son el único grupo terrorista y narcotraficante en el país. El Eln está delinquiendo a sus anchas con la tranquilidad de que recibirán el mismo tratamiento jurídico que las Farc y las bandas criminales hoy en día superan en número a las Farc.
En cuanto al tema de las armas, las Farc aparentemente se han comprometido a hacer una dejación. Sin un inventario, es imposible saber con certeza si van a entregar todas las que son. Fácilmente podrían entregar un numero de armas reservando otras para encaletarlas y/o venderlas a los otros grupos de narcoterroristas.
En cuanto al número de guerrilleros, este también es un misterio. Desde que comenzó la fiesta – para ellos – del gobierno de Juan Manuel Santos el número de guerrilleros ha aumentado considerablemente. Entonces, en el momento en que decidan desmovilizarse no sabremos si estarán todos los que son o serán todos los que estarán. No dudo que no faltará el vivaracho que pretenda pertenecer a la guerrilla para disfrutar de los beneficios del post conflicto ni tampoco el guerrillero acomodado en su vida delincuencial traficando cocaína y extorsionando a comerciantes que no desee incorporarse a la fila de desmovilizados.
El posconflicto es otro tema incomprensible. El gobierno Santos nos va a obligar a nosotros los que jamás hemos disparado una pistola de balín a meternos la mano en el bolsillo para reparar a las víctimas de estos criminales porque como ellos dijeron y el gobierno avaló, los pobres narcotraficantes no tienen un peso donde caerse muertos. Y para terminar de romper toda lógica, nosotros los que directa o indirectamente hemos sido sus víctimas vamos a auto repararnos y de paso a sostenerlos económicamente.
Al momento de escribir estas líneas no conozco la totalidad de los acuerdos, no me quiero imaginar que más entregó Santos bajo presión. A Santos en este momento lo presionan desde La Habana y desde Colombia. Desde La Habana para pedir todo lo que sus corazones deseen y en el Colombia para pedir lo que se le ocurra a cambio de votar por el “SÍ” en el plebiscito. Supe que hace poco, el gremio de los taxistas en Bogotá salió a decir que, si el gobierno no acababa con Uber, votarían por el “NO” en el plebiscito. Sospecho que la misma Tutina lo amenazará con que vota por el “NO” a menos de que le regale la última cartera Birkin o Chanel.
No faltará el que diga que la paz todo lo vale y posiblemente eso sea así. Sin embargo, tendrían que probar sin lugar a dudas de que esos acuerdos de La Habana traerán la paz a Colombia. Francamente yo lo dudo, porque la ausencia de justicia inexorablemente conlleva a la ausencia de paz.
Para los que ostentan la licencia Paz 007 solo resta recordarles que tiene fecha de expiración, tan pronto haya cambio de gobierno los dueños de lo que entregaron a cambio de nada van a reclamar su propiedad.
PD: Capturaron a Andres Felipe Arias en Estados Unidos el mismo día que premiaron a delincuentes de lesa humanidad con curules gratis en el congreso. ¡Qué ironía y que mensaje para la oposición!
@ANIABELLO_R