Leí un articulo en un periódico para franceses expatriados y me encontré un dato impresionante: ellos, consumen en diciembre 30 mil toneladas de chocolate, el equivalente a la mitad de la producción anual de cacao en Colombia.
Ese dato es un número para prender una alerta sobre los recursos que han donado las agencias de cooperación y que fueron invertidos en el pasado gobierno. Principalmente, los programas se dedican a ampliar o renovar hectáreas de cacao, asistencia técnica y se reconoce que aún el problema sigue siendo la comercialización. Siguen manteniendo a los cultivadores como cultivadores con “capacidades” pero el campo colombiano los necesita como emprendedores, empresarios de una empresa que se llama “finca”.
Qué hace un francés en su país convenciendo al mercado de lujo de que en el cacao colombiano se puede invertir y confiar? En el artículo (abajo el link) sucede como siempre, que los extranjeros ven lo que nosotros tenemos bajo la frente e ignoramos. La confianza del país en el exterior sigue siendo baja y por lo tanto, es muy difícil que los grandes maestros chocolateros, miraran hacia Colombia.
En la historia del artículo, Gregory Le Heurt graduado como MBA de EDHEC cuenta que lleva 3 años en Colombia recorriendo el campo para realizar el montaje de un programa que supere la tradición de exportaciones de “one shot” o una sola vez. Esas que sirven sólo para mostrar “éxitos” pero… y la sostenibilidad qué?
La tesis de este programa radica en que en Europa, ellos, los consumidores ven llegar la materia prima de los países en desarrollo pero nunca se enteran qué hay detrás de las condiciones de vida y culturales de los países. En la misma línea, los agricultores siembran y entregan su cacao a los comerciantes pero nunca se imaginan que en Francia hacen esculturas con el cacao y vestidos comestibles. Vale la pena preguntar: Cómo puede existir un canal de comercialización constante sin que los extremos de la cadena de valor se hablen y se encuentren? La respuesta es simple:
NO HAY, la confianza debe construirse juntando en la vida real a los interesados, el que cultiva y el que consume, el empresario de Europa con el empresario del campo.
ECONOMIA NARANJA
El agro en Colombia está estrechamente ligado con las políticas del Estado pero hasta ahora ellas están encaminadas a aumentar productividad, a renovar cultivos, a cambiar cultivos de coca por cacao, a mantener subsidios en algunos sectores, a dotar de infraestructura en otros… sin embargo, hay un problema que no encuentra salida porque culturalmente no ha sido enfrentado.
La cultura del mercado, debe ser intervenida, el mensaje que encontré y que se alinea con la visión del campo del presidente Duque, es que el asistencialismo ha demostrado ser un fracaso en el mundo y la situación de los países en vía de desarrollo no se cambia con inyección de millones de euros si sus ciudadanos no participan activamente de las acciones de cambio.
Un primer paso que propone Gregory en el programa es que la exportación con canales directos mediante las TICS sea un estímulo para abrir un campo de acción a los jóvenes en sus fincas que sean convertidas por ellos en espacios de agroturismo para sus potenciales clientes. Que este modelo de agro sea más que manufacturas y sea uno de “mentefacturas” que se pueda escalar. El proyecto trae desde Europa un mensaje claro y es que: para que la exportación se mantenga debe cuidarse la biodiversidad y demostrar al país que lo ambiental también es rentable y sobretodo responsable.
Finalmente, debemos comprender que se puede dotar con toda la infraestructura al sector agrícola pero si los humanos del sector agricola no son dotados con “un cambio de chip” en el que las palabras corrupción, individualismo, ventaja para mí, engaño, el vivo vive del bobo y la ley del embudo, dejen de existir, de lo contrario, las exportaciones seguirán siendo un anhelo y una muy buena excusa para soportar cientos de millones que al final no cambian la vida de las personas.
Vale la pena sentarse con la embajada de Francia en Colombia y empresarios como este señor que le apuesta a Colombia, que traen soluciones reales y trabajar en la transferencia de tecnología para que un día Colombia realmente pueda decir que tiene un campo exportador y no un campo en el estado de pobreza que lo recibe este gobierno. Implantar el color NARANJA
Link del artículo: https://lepetitjournal.com/bogota/gregory-sengage-pour-le-cacao-lenvironnement-et-la-paix-en-colombie-237787
Publicado: diciembre 13 de 2018
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